Señor Director:
Como se recordará, la región de Tarapacá fue asolada por un terremoto en junio del 2005, la Escuela Santa María, primera y principal escuela pública de la región tuvo que detener sus actividades, para la región se dispuso el estado de calamidad pública lo que permitió al gobierno de la época adelantar recursos frescos sin cuenta al presupuesto nacional. Para esa ocasión el alcalde de la ciudad Jorge Soria, en conjunto con el ex ministro de la Educación Sergio Bitar se comprometieron a entregar un edificio renovado justo para el cumplimiento del centenario de la masacre de trabajadores el 2007, sin embargó posteriores desavenencias impidieron cumplir con este compromiso, luego el ex – Ministro de Interior Belisario Velasco intervino en una de sus visitas y él como presidente de la Comisión Bicentenario alargó el plazo y ahora anunció que la reconstrucción de la Escuela Santa María sería una obra Bicentenario; por esas fechas era común que los ministros de Estado se fotografiaran junto a la maqueta que era lo único que había avanzado la Municipalidad, por lo menos fueron cinco los ministros. El Ministro del Interior no es cualquier cosa en este país, es el responsable de la paz social y esta no se construye engañando a la comunidad, en definitiva el gobierno de Bachelet se retiró sin pena ni gloria y otorgó por primera vez la mayoría nacional en la región de Tarapacá a la derecha, justo castigo a esta expresión de la inoperancia.
El gobierno de Sebastián Piñera que partió con ímpetu a demostrar la excelencia, se comprometió para entregarla en diciembre del 2011, sin embargo, fallas en la elaboración de la propuesta alargaron el proyecto, eso sí el gobierno pasado cobró su gestión y con más del 95 % del edificio terminado, Piñera presento su gestión regional en el remozado edificio y hasta se permitió dar un campanazo, justo en todo caso porque derrotó la inoperancia y reconstruyó una escuela pública en momentos en que sobran pupitres y en el campo amigo cunden las dudas.
Quiso la historia que sea la administración Bachelet la que reinaugure este emblemático colegio, ojalá venga ella con esos cinco ministros y le explique al país porque en momentos en que el país cuenta con una solvente posición económica, que incluso posee depósitos en el país más poderoso del mundo, se retrasó en casi nueve años su reconstrucción, en este periodo la matricula cayó notablemente y nueve profesores cerraron sus ojos con la pena infinita de ver su esfuerzo en el suelo.
Que es lo que falló, a mi parecer no se entendió el resultado de la dictadura, la cual en sus postrimerías, en 1987, disolvió la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales, SCEE, órgano nacido en 1937 en los jardines de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, allí arquitectos como José Aracena, Gustavo Monckeberg bajo el mandato de Arturo Alessandri dieron vida a esta institución, que en sus 50 años fundo más de cien colegios en el país donde la docencia se podía impartir con decencia, posteriormente hasta Jardines Infantiles les encomendó a esta institución el ex – presidente Frei Montalva.
Hay que reconocer que la dictadura en consonancia con la municipalización, terminó de dañar la educación quitando esta valiosa herramienta del Estado, solamente porque tenía olor a Estado, por eso superar la dictadura no significa que vuelvan los comunistas al poder, sino recuperar el alma nacional, esa que fue construida por los más diversos ciudadanos.
Se da el caso ahora de que el Liceo Domingo Latrille de Tocopilla, dañado por el terremoto del 2007, todavía espera su reconstrucción al no disponer el Estado de esta herramienta ágil que era la SCEE, ya que las municipalidades no cuentan con herramientas para gestionar la edificación de establecimientos educacionales y así a lo largo de todo el país, Escuela o Liceo que se destruya no va a tener reparación en un plazo breve.
Por eso restaurar la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales, es la lección que se debe aprender de esta brutal demora que casi aniquila a la primera y principal escuela pública de la región, erigida para afianzar la soberanía y bastión de los obreros en su momento más sublime.
Fue tanto el éxito de esta institución que el Estado se atrevió incluso a crear la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios, institución que también con un decoro similar entregaba hospitales al servicio de la nación y hay que ver como se ha fallado en esto, pero eso es otra historia.
Atentamente
Iván Cardemil López
Ex –alumno Escuela N° 1 Domingo Santa María de Iquique.
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