Una espiral de violencia se desató en las últimas horas en Jerusalén Oriental y en Cisjordania, luego del entierro del joven palestino asesinado presuntamente en venganza por la muerte de tres estudiantes judíos.
Medios de prensa israelíes informaron que palestinos enmascarados arrojaron piedras y bombas molotov contra la policía, que usó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. También se registraron incidentes en otras localidades en las que hubo detenidos y heridos leves.
En Cisjordania, por ejemplo, grupos de colonos ultranacionalistas atacaron a un hombre de 22 años en la aldea palestina de Osarin, lo introdujeron en un auto y lo dejaron abandonado con una herida de hacha.
En tanto que organizaciones palestinas de defensa de los derechos humanos denunciaron a la Policía israelí, al asegurar que agentes enmascarados le propinaron una paliza brutal a Tareq Jedeir, primo del joven palestino asesinado.
En medio de esta ola de ataques, el presidente israelí, Shimon Peres, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, llamaron a la población a rechazar la justicia por mano propia.