En 1953,  Antonio Acevedo Hernández publicó uno de los primeros estudios sobre las raíces de la cueca en Chile. Su libro “La Cueca, orígenes, historia y antología” fue uno de los pioneros en estudiar sistemáticamente este género musical y danza. Su valor histórico radica principalmente en la extensa compilación de letras que reúne el texto, uno de los fundamentales de la bibliografía en torno a la cueca.

61 años después de su primera publicación, Ediciones Tácitas reedita este libro, sumándolo a su colección Vox Populi, en una versión corregida y con bibliografía aumentada.

Antonio Acevedo Hernández fue reconocido principalmente por ser el precursor del teatro social chileno. Sus obras se basaban en su experiencia personal, retratando la marginalidad, la pobreza y la violencia. Según Miguel Naranjo, director de la colección Vox Populi de Ediciones Tácitas, “La Cueca, orígenes, historia y antología”, no es una excepción, y también recoge parte de sus vivencias:

“Su escritura siempre fue muy biográfica, estaba muy preocupado y atento de lo que veía. Estuvo en ambientes muy relacionados con la ruralidad, donde se desarrollaban muchas de estas manifestaciones folclóricas. A su vez, el padre de Antonio Acevedo Hernández era cantor popular, entonces él ya tenía todo un bagaje para aprehender todas estas cuecas que después antologó y estudió”.

Por otra parte, Naranjo cuenta que Acevedo Hernández describe cómo la cueca desde sus inicios en Chile fue un fenómeno transversal, siendo interpretada y bailada tanto en salones aristocráticos como en espacios populares:

“En el libro describe los ambientes donde se desarrolla la cueca,  y por lo que cuenta,  fue una raigambre avasalladora. La cueca estaba metida en todas las manifestaciones de los chilenos, tanto de la alta sociedad como de la baja. Él pone de ejemplo la reconquista, contando que en los salones más emperifollados de principios del siglo XIX, en los altos salones, se bailaba la cueca, también por supuesto, en las chinganas y en todos los lugares de recreo del pueblo”, sostiene.

Antonio Acevedo Hernández fue uno de los primeros en considerar a la cueca como un tipo de poesía popular que merecía ser estudiada. En su texto, recopiló las letras de 237 cuecas y desarrolló un análisis de sus antecedentes, mezclando la investigación con referencias de su experiencia personal.