Dicen que prácticamente toda la ciudad de Valparaíso quedó destruida luego del terremoto que la sacudió el jueves 16 de agosto de 1906. El sismo alcanzó alrededor de ocho grados de magnitud, las autoridades declararon estado de sitio, hubo fusilamientos a quienes cometían delitos y las consecuencias fueron tan devastadoras que ese mismo año se creó el Servicio Sismológico de Chile.

Un buen reflejo de aquella catástrofe son las numerosas imágenes captadas en el puerto en los días siguientes. En ellas se ven los derrumbados edificios de avenida Brasil, las ruinas del Templo de la Merced y las familias damnificadas instaladas en los parques.

Aquellas fotografías se encuentran disponibles en el renovado sitio Fotografía Patrimonial, del Museo Histórico Nacional, que actualmente tiene más de 20 mil imágenes disponibles en línea y a fines de este año debería sumar cerca de 44 mil.

Es apenas una selección del archivo completo del museo, que suma cerca de 220 mil imágenes, dice la curadora Carla Franceschini, quien explicó que desde hace un año y medio se ha trabajado en la renovación de la plataforma, que se abrió por primera vez en 2004.

A través del nuevo sitio, se pueden consultar las fotografías en baja resolución y se pueden adquirir en línea para obtenerlas en mejor calidad.

“En Chile la fotografía se inicia en 1843 y nosotros tenemos desde fines de 1850. Desde daguerrotipos, pasando por todas las técnicas hasta ahora. Puedes encontrar fotografías de política, de vida social, personalidades de todos los ámbitos, fotografías de autor, paisajes de Chile, postales… todo lo que puedes imaginar”, señala Carla Franceschini .

El sitio permite observar imágenes de la Guerra del Pacífico, de la Revolución de 1891 y de los presidentes que Chile ha tenido a lo largo de la historia. También existen registros de trabajadores y fábricas, paisajes de distintas zonas, antiguas postales del Parque Forestal, la Plaza Baquedano y la Alameda o un plano del observatorio astronómico que se ubicaba en la Quinta Normal, por ejemplo.

“Es precioso ver cómo ha cambiado Chile y al mismo tiempo es triste, porque hay muchos edificios que ya no existen”, dice Carla Franceschini. “A veces el único vestigio que queda es la imagen fotográfica, porque el cine es muy posterior. La forma de retratar es mucho más realista que en la pintura y tienes las imágenes originales de grandes personajes chilenos. Es un momento real, de un instante que fue plasmado a través de un proceso químico y físico. Creo que ahí está la importancia”, añade.

Según Diego Matte, director del Museo Histórico Nacional, la renovación del sitio forma parte de una política que busca abrir las colecciones al público, muchas de las cuales no son conocidas: “Es un problema que existe no solo en el Museo Histórico Nacional, sino también en otros. Hay colecciones muy valiosas que han sido poco difundidas e investigadas y muchas veces también tienen problemas de catalogación y documentación”, reconoce.

“Por eso es tan importante que se desarrolle una política adecuada de museos, que el Estado ponga los recursos para que estas instituciones tengan un desarrollo a largo plazo, que realmente permita mantener estas colecciones bien documentadas y asegurar que la gente las conozca y valore. Ese es el mejor seguro de vida que tienen estas instituciones, que la ciudadanía esté consciente de su enorme valor”, concluye.