El diccionario define al mártir como quien muere o sufre por una causa y esta definición me parece que corresponde a lo que fueron tres combatientes mayores del siglo XX, esto es Martìn Luther King, Ernesto Che Guevara y Salvador Allende
El combate de Martin Luther King por el reconocimiento de los derechos de los negros norteamericanos constituyó un paso de gigante para la dignidad de esta población.
La enormidad de los enemigos que debìa afrontar el líder negro hacía pues muy probable que fuese asesinado, como así ocurrió.
No cabe duda que este riesgo fue asumido muy temprano y en plena conciencia por Luther King y este hecho, así como su vida de lucha, hicieron de él un personaje de referencia hasta nuestros días en el combate por el estatuto ciudadano de los afro-norteamericanos y de muchos otros combates.
En el caso del Che, a quien nadie podría haberle pedido más después de su participación en la victoria revolucionaria en Cuba, existió también esa exigencia que no mide los riesgos que se puedan correr cuando se ha asumido una causa justa.
Su combate para liberar a nuestros países de la garra del imperialismo lo llevó a liderear una guerrilla boliviana donde las posibilidades de victoria, y de sobrevida, eran casi inexistentes.
Su ejemplo es por lo tanto el de la consecuencia y el de la absoluta ignorancia de cálculos políticos mezquinos.
Para Allende , el compromiso que asumiera en el Estadio Nacional en 1971 de no abandonar la Presidencia hasta el fin del mandato que le habìa dado el pueblo, contó más que la posibilidad de prolongar su existencia negociando con los felones. Su muerte estaba así inscrita como un hecho casi inevitable y él lo sabía.
Él constituye para nuestro pueblo y para nuestra juventud sobre todo una referencia de probidad y de coraje que nadie puede borrar, ni siquiera quienes hoy se reclaman de sus ideas para mejor destruirlas con sus comportamientos deleznables.
El martirologio tiene una larga historia en el devenir de nuestra especie pero no es nuestro propósito hacer su apología. En cambio, a la diferencia de muchos otros el sacrificio de las tres personalidades señaladas fue el último episodio de unas vidas completamente consagradas al combate por la justicia social y por los valores superiores de la humanidad.
José Cañas C.
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