En nuestra historia de país han pasado muchos presidentes, buenos, malos y… picantes
A algunos los recordamos en cada ocasión que nos comemos con agrado un buen sangurucho. Lo entretenido al recordar esos tiempos es que nadie conocía absolutamente ninguna cifra de crecimiento. No existía el INE ni la SOFOFA. Se comenta que los censos de población en aquellos años era colocar a todos en fila india, y con eso más o menos se sabía a ojo de pájaro cuántos éramos. Ningún presidente, de esos tiempos, dijo que el censo había sido la mejor fila india de todos los tiempos.
Penca este Piñera. Alguien con tanta plata no ha logrado inventarse un sánguche para él, que lo haga un artista de la cocina chilena, digamos algo parecido a un completo. Supongamos un Piñera de pan amasado con billete de 10 lucas con crema de camarones y ensalada de escarola. Supongamos también un Piñera Kioto, merluza envuelta en papel cemento rellena con pimientos rojos y verdes. Nadie podría negarse a degustar un caldillo Banco de Talca con huevo caído al descuido.
Piñera inconsecuente…
Es de público conocimiento que algunos meses antes de las elecciones que le dieron los votos para presidente, habló para los militares.
Les prometió el oro y todos los moros. Si miramos aquellas palabras con los ojos de la historia, sabemos que aquello era tratar de pasar por alto lo que la justicia había redactado y tratar de sentar la impunidad para tantos de miles delitos cometidos por las Fuerzas Armadas.
Es de público conocimiento que Piñera aprendió a leer con el libro OJO, así que debió conocer los Hornos de Lonquén, o de cómo en la Caravana de la Muerte hacia el sur, fusilaron a un primo hermano de su amigo Joaquín Lavín que era limitado mentalmente. Piñera fue a prometer, como si de un cura se tratara, sacarlos del fuego eterno.
Piñera presidente…
Fue a China, comió comida cantonesa. Se le metieron entre los dientes la carme mongoliana y más de algún grano de arroz se le quedó pegado a su corbata que compra en las galerías Lafayette de París.
Penca es Piñera. No se toma fotos en la Plaza de Tiananmen. Debemos reconocer que en China hay presos políticos, algunos que están en contra del modelo y los que piden la libertad del Tibet… Piñera guardó silencio. Sabemos según todos los números que los chinos van a ganar todos los próximos partidos de los tiempos incluso con árbitros en contra, posiblemente sea por aquello que nadie levanta el dedo acusador.
Todos los que habitan muy justamente Punta Peuco, esperando que sea por muchos años, son el brazo armado del modelo que tanto le gusta defender a Piñera. Están esperando que los visite, que les lleve una torta, una caja de Chocman… lo que sea su cariño.
Es posiblemente que Piñera no entienda a Chile dada su formación en colegio sin número, eso suele suceder. No sería posible que sus nietos tuvieran que ir a una escuela pública con letrinas donde sus nietos tuvieran que batallar con las miles de moscas que están desde hace mucho tiempo.
No me gusta Piñera como político. Es como si se tratara de un conejo flaco sacado del sombrero de un mago trasnochado… en realidad no está a la altura de un siglo XXI
Piñera… penca
Pablo Varas
Escritor
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.