El pragmatismo de Mayweather se impone en la “Pelea del siglo”

Gracias a una polémica decisión de los jueces, Floyd Mayweather estiró su racha invicta a 48 combates, en una pelea en la cual ninguno de los dos boxeadores pudo demostrar por qué son considerados los mejores “libra por libra” de su generación.

Gracias a una polémica decisión de los jueces, Floyd Mayweather estiró su racha invicta a 48 combates, en una pelea en la cual ninguno de los dos boxeadores pudo demostrar por qué son considerados los mejores “libra por libra” de su generación.

La principal conclusión de lo que se vio anoche en el MGM Grand Arena de Las Vegas es que el negocio del boxeo nos privó de ver uno de los combates más apasionantes de la historia. La pelea entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao no debió ocurrir anoche 2 de mayo de 2015, sino que hace 5 años cuando ambos púgiles estaban en la cúspide de sus carreras.

A pesar que existía consenso en que ambos peleadores ya no son lo que eran, de todas formas se puso a este combate el título de “Pelea del siglo” básicamente por la expectativa generada y el morbo de terminar con un debate que ha monopolizado las discusiones boxísticas de los últimos diez años.

Para nadie era un secreto la forma en que ambos púgiles manejarían sus estrategias en el cuadrilátero. Por un lado Floyd Mayweather apelando a su extraordinaria defensa y letal contragolpe, que se manifiesta con ese recto de derecha al blanco que es capaz de sacarlo de la nada, y por el otro, la intensidad, la potencia y la velocidad de manos de Pacquiao.

Lo cierto es que en los primeros dos asaltos quien supo sacar provecho fue el norteamericano. Mayweather, contrario a lo que muchos pensaban, salió a buscar el combate y eso al parecer descolocó a Pacquiao que se veía lento y sin reacción ante las arremetidas de “Money”. Pese al bajo nivel del filipino Mayweather tampoco exhibió un boxeo avasallador y se preocupó, principalmente, de mantener la distancia con su jab y penetrar la defensa de Pacquiao con algún recto de derecha.

En el tercer asalto vino la reacción del filipino. Apelando a su intensidad y su buen trabajo “cortando el cuadrilátero” logro arrinconar a Mayweather y aprovechó esos espacios para conectar algunos rectos de derecha que luego complementaba con una serie de ganchos y rectos a la cabeza y la parte baja que lograron mellar la “defensa perfecta” del invicto Mayweather.

El cuarto asalto fue similar, con un Pacquiao que se asemejaba en algo a aquél devastador boxeador que destruyó a luchadores como De la Hoya, Cotto o Margarito provocando la molestia de la esquina de Mayweather y alimentando la ilusión de sus seguidores que veían en su figura al único peleador capaz de derrotar al norteamericano.

Pero por algo Mayweather es considerado el mejor “libra por libra” de la actualidad. De inmediato en el quinto asalto se fue en busca de Manny Pacquiao y logró conectar un par de buenas combinaciones que detuvieron el buen tren de pelea que había logrado instalar el filipino, se llevó el asalto y en buena medida, el combate.

A partir del sexto asalto la pelea, que había logrado un nivel de intensidad interesante, cayó en un pozo. Si bien Pacquiao conectó en un par de ocasiones de manera limpia a Mayweather, la mayoría de sus golpes terminaban o en los guantes del rival o en el aire. “Money” en tanto, no lograba dominar al filipino y parecía más preocupado en evitar un golpe del rival que en provocar daño en la defensa de Pacquiao.

Los últimos asaltos fueron la repetición del libreto de la mayoría de las peleas de Mayweather. Con la certeza de su ventaja en las tarjetas (estrecha pero ventaja al fin) “Money” se dedicó a defender, jugando con la desesperación de un Pacquiao que sabía que necesitaba algo más espectacular y contundente para convencer al controvertido jurado de la Comisión de Nevada. Fueron esos los mejores asaltos del norteamericano, apelando a su jab y conectando su famoso recto de derecha cada vez que Pacquiao intentaba una ofensiva en su contra.

Luego vino la sobredimensionada decisión de los jueces que otorgaron una victoria por 118 – 110 y doble 116 – 112 a Mayweather. Si bien era previsible el triunfo de “Money” la diferencia es exagerada y no fuimos pocos los que vimos un empate que, a todos luces, era el resultado más justo considerando el bajo nivel de ambos púgiles.

Se nos fue otra “Pelea del siglo”, un combate que como mencionaba anteriormente se debió efectuar hace cinco años, pero que fue postergada por los egoísmos y los criterios economicistas de los manejadores de ambos boxeadores. De todas formas, el legado de Mayweather y de Pacquiao no se ve afectado por este combate que probablemente en el futuro no sea considerado como uno de los encuentros más memorables de la historia del boxeo.





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