En compás de espera se mantienen los trabajadores del Sindicato de Trabajadores Metro de Santiago, quienes se declararon en alerta luego de que la gerencia no cumpliera con la solicitud de resolver los problemas denunciados el martes en lo que refiere a remuneraciones y seguridad.

En este sentido, los trabajadores denunciaron ejercicios riesgosos para los usuarios, así como el traslado de posibles explosivos sin las precauciones necesarias y constantes fallas en los procedimientos.

De acuerdo a Erick Campos la política de seguridad de Metro se encuentra en jaque, tras el llamado realizado por sus conductores para exigir soluciones concretas al directorio de la empresa. “Ya no es posible pasar por alto las constantes vulneraciones a los procedimientos que comprometen la seguridad trabajadores y usuarios”, sostuvo.

La situación se hizo insostenible el día viernes 24 de Julio, durante una avería nivel de vías, entre las estaciones San Pablo y Neptuno; Metro obligó a los conductores en formación, a realizar servicio con pasajeros, “sin haber completado a cabalidad el proceso de formación” y “sin sus implementos de trabajo mínimos”, denuncian.

“Lo ocurrido con los conductores, respecto de esta situación de falta de capacitación y seguridad, lo que ocurre con los trabajadores subcontratistas de la construcción de la línea tres que se tuvieron que tomar el edificio dan cuenta de que se ha querido mirar al techo con los problemas de fondo del metro, que son la alta tasa de subcontratación en la operación del metro. Sin considerar a los trabajadores que construyen las nuevas líneas, en el Metro, dos de cada tres trabajadores son subcontratados”.

De acuerdo al presidente del sindicato, “Estamos levantando la voz para decir que los trabajadores de Metro ya no estamos dispuestos a asumir riesgos innecesarios”. Se espera que hoy la empresa se reúna con los trabajadores.

En relación a la construcción de la línea tres del metro, esta cumplió hoy 47 días paralizada y 2 trabajadores se mantienen en huelga de hambre desde el 15 de julio, medida de presión que agudizaron el pasado martes al convertirla en una huelga seca.

Además, el pique, de cuarenta metros de profundidad, ha dejado de drenarse durante el periodo de la paralización de faenas, por lo que a la fecha contiene más de ocho metros de agua, mientras que el túnel con el que conecta se encuentra completamente inundado, circunstancia que repercute incluso en filtraciones de agua en la Estación Mapocho, lo que hace temer por la estabilidad de los suelos de la ribera sur del río capitalino.