En julio de 2014 fue promulgada la ley 20.765. Su objetivo fue crear el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco), un sistema que opera para que las bencinas no suban o bajen más de cinco pesos por litro, cada semana.
Esto no sólo genera beneficios. También consecuencias negativas, como cuando no es posible traspasar a los consumidores las grandes caídas de los precios internacionales del petróleo.
Por tratarse de un tema que depende de una decisión del Ejecutivo, en noviembre del año pasado, por ejemplo, el Gobierno modificó la banda de precios de los combustibles para acelerar el traspaso de los menores precios a los consumidores. En ese entonces, la rebaja alcanzó los 62 pesos promedio por litro para las bencinas.
Hoy los precios se encuentran alrededor de los 800 pesos, al menos en Santiago. Sin embargo, el precio del barril de petróleo ha disminuido en torno a los 45 dólares, es decir, un 60 por ciento menos que hace un año, cuando alcanzaba los 110 dólares.
¿Bastaría con modificar las bandas de precio del Mepco para asegurar los beneficios a los consumidores? ¿O quizás resultaría más efectivo eliminar el mecanismo en su totalidad?
Como integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara, para el DC Ricardo Rincón lo esencial es asegurar una bencina que refleje realmente el precio internacional del crudo, del petróleo, y no que se vea siempre impactada principalmente por los impuestos nacionales. “En Chile el precio final siempre tiene un componente de impuestos locales y otro del precio internacional del crudo”.
Por ello, se inclina por el actual mecanismo. “Yo prefiero un sistema no ciento por ciento perfecto a tener un libre precio que termine impactando brutalmente, de dispararse el precio del petróleo”.
A la discusión sobre el Mepco habría que sumar, entonces, un gravamen de carácter local: el cuestionado Impuesto Específico a los Combustibles.
“Dudo que algún Gobierno esté en condiciones de renunciar a esos niveles de recaudación. Estamos hablando de dos mil millones de dólares. Evidentemente se trata de un impacto muy alto en las arcas fiscales”, reconoce el diputado ante las opiniones para reducirlo o incluso eliminarlo.
Asimismo, propone una alternativa. “Si algún combustible debiera tener un menor o nulo impuesto debería ser la parafina de uso domiciliario, porque tiene una principal demanda en época de invierno. Por eso mismo creo que la recaudación en término de impuestos es menor ahí que respecto de los vehículos”.
Y si bien aclara que el Congreso no tiene facultades en temas de gastos ni de modificación de impuestos, pues se trata de una facultad exclusiva del Ejecutivo, también reconoce que “nunca ha existido en ningún Gobierno, tampoco en el actual, alguna posibilidad de análisis sobre el tema de la parafina”.
Pero no todos piensan lo mismo. De hecho, el analista en temas sobre combustibles Sidney Houston, director de Houston Consultores, afirma que tal como ocurrió con los mecanismos anteriores, el Mepco en nada ha contribuido a rebajar los precios de los combustibles en Chile, ni tampoco lo hará en el futuro.
“Eliminarlo no implicaría nada. Lo mejor es dejar que funcione espontáneamente en los mercados”, explica. Y agrega que hoy lo único que hace el Mepco es evitar la baja sostenida del precio de los combustibles, independiente del precio del dólar y considerando que el precio del barril se encuentra a 60 dólares menos que su precio promedio.
“Basta de seguir castigando a la clase media y a los más pobres. El impuesto específico solamente lo pagamos el 20 por ciento de los chilenos, los que usamos calles, carreteras y caminos. El 80 por ciento del mercado consumidor de combustible no lo paga”. Para Houston lo esencial es eliminar el Mepco y el impuesto específico.
“Hoy deberíamos tener una bencina, con impuesto específico incluido, de 620 pesos. Y si a eso le rebajamos el impuesto específico quedaría en 400 pesos el litro, con IVA incluido. Y al bajar el IPC vamos a rebajar los costos de vida de este país. Nadie está preocupado del IPC ni del impuesto hipotecario. No veo un Ministro de Hacienda preocupado. Son sólo voladores de luces, pirotecnia política”, advierte.
Sin embargo, entre los parlamentarios no existe el mismo convencimiento. “La eliminación del Mepco significaría quedarnos sin ningún instrumento para amortiguar alzas bruscas en el precio internacional del petróleo”, manifiesta el senador RN José García, integrante de la Comisión de Hacienda.
“Como contrapartida, los impuestos que hoy se están recuperando, del Impuesto Específico a los Combustibles, no se recuperarían, lo que significa menores ingresos fiscales”. Aunque sí está de acuerdo con una disminución circunstancial de la banda de precios del Mepco, dada la contingencia internacional.
En cuanto al Impuesto Específico a los Combustibles asegura que “si lo rebajamos o eliminamos habría que buscar qué otro impuesto podría reemplazarlo, igual de eficiente respecto de la recaudación. Es muy difícil que se termine, porque generaría un mayor déficit fiscal”.
“No hay ninguna duda de que grava a los sectores más modestos de la población y también a los sectores medios. Esa crítica es válida, pero recordemos que estamos saliendo de una Reforma Tributaria, que está subiendo significativamente los impuestos a la renta y particularmente los impuestos a las empresas”, plantea el senador.
Y agrega: “Quiero hablar con la verdad, porque es muy fácil que nosotros, los parlamentarios, salgamos a decir que hay que disminuir y terminar con el impuesto específico a los combustibles. Pero con qué lo reemplazamos”.
Desde el ámbito académico, en tanto, el economista Juan Guillermo Espinosa más que en el Mepco se detiene en el funcionamiento del Impuesto Específico a los Combustibles. “Es impensable eliminarlo, por ser una fuente de recaudación para el Fisco. Además, en cierta forma ayuda en la distribución del ingreso, hace más equitativa las cargas tributarias entre los distintos sectores de la sociedad”.
A eso agrega que corresponde a una política de aplicación desequilibrada, “porque mientras las gasolinas tienen un impuesto, el diésel, que principalmente afecta a camiones y medios de transporte interurbano, tiene sólo la mitad”. Por ello, su planteamiento apunta a que lo equitativo sería igualar los impuestos. “En este momento sería preferible bajar un tanto el impuesto a las gasolinas y subir otro tanto el impuesto al diésel”.
En cuanto al Mepco, su visión es clara. “Lo que ha afectado severamente a la economía nacional es el grado de apertura sobre todos los mercados financieros, que han elevado indirectamente el precio del dólar, en una política de cambio libre en la que el Banco Central no interviene, el gran ente regulador para estos casos. Entonces, el Mepco no es más que un reflejo de ese efecto”.
Finalmente, una advertencia de Sidney Houston, para tener presente. “Con este excesivo cobro de los combustibles, donde el llamado Mepco no funciona, lo que están haciendo es quizás tapar el sol con un dedo, solamente rebajando la deuda de una empresa quebrada como es ENAP, donde se deben tres mil 800 millones de dólares. Y que los mismos presidentes de sindicatos dijeron que la empresa está quebrada, pues sus activos no superan los dos mil 500 millones de dólares”.