El 14 de julio los trabajadores de la Empresa Petrolera de Chile (Enap), fueron a las inmediaciones de la institución a realizar una visita inefectiva para evaluar los efectos del último temporal en la región de Valparaíso.

Las intensas lluvias que habían causado marejadas en Viña del Mar, produjeron también un desplazamiento de tierra en las vías de evacuación de Enap, dejando al descubierto restos arqueológicos.

Al día siguiente se realizó una visita en terreno conjunta entre funcionarios del Consejo de Monumentos Nacionales, la PDI, representantes de la empresa Enap, la Municipalidad de Concón y el Museo Histórico y Arqueológico de Concón. La idea era  poder determinar los pasos a seguir ante el  hallazgo.

“Se cree que son uno o dos individuos, lo más probable pertenecientes a la cultura Bato. Los restos están en un área que es una vía de evacuación de la Enap. Producto de las lluvias la tierra se abrió, de alguna forma, se arrastró el material de tierra que hay en esa zona y lo que dejó ver los restos que están a profundidad más o menos de un metro”, señaló en entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, la directora del Museo Histórico y Arqueológico de Concón, Marcela Santibáñez.

Francisco Silva, arqueólogo a cargo de la visita por parte del Consejo de Monumentos Nacionales, indicó que ante nuevas lluvias es de esperar que se sigan produciendo hallazgos debido a las características el terreno en la zona. “Estamos parados básicamente sobre un cementerio”, afirmó.

En términos arqueológicos, las inmediaciones y alrededores del sector fueron por una zona muy propicia  y atractiva para habitar por las antiguas culturas. El río habría propiciado el acceso a agua dulce, las  quebradas aledañas les habrían asegurado protección, y la cercanía al mar les habría permitido mariscar y pescar.

En ese sentido, se sospecha que los restos puedan pertenecer a la Cultura Bato o a la Cultura Aconcagua. La primera habría habitado la zona entre los años 200 y 900 después de Cristo, y la segunda desde el año 900 hasta la llegada de los españoles en 1532.

Los indicios conducen a pensar con mayor seguridad que se trataría de restos de la Cultura Bato, debido a la tradición de enterrar los cuerpos de los difuntos en fosas individuales y a escasa profundidad.

Lo que viene

Según los protocolos establecidos para casos como estos, el procedimiento implica la contratación de un equipo de profesionales que deberá realizar el salvataje y levantamiento de los restos, registrarlos y aplicar las medidas de conservación y desarrollo de los análisis.

Una vez concluido este proceso, la ley establece que el Consejo de Monumentos Nacionales tiene la tarea de decidir cuál será el destino de las piezas. Uno de los criterios es que los vestigios puedan quedar dentro de la región, lo que está supeditado a las características técnicas que puedan tener las instituciones museográficas. Es decir, se quedaran donde exista la infraestructura suficiente para otorgar buenas condiciones de conservación.

Marcela Santibáñez, explicó que a su juicio, lo ideal sería que los restos quedaran alojados en el Museo Histórico y Arqueológico de Concón, debido a la influencia identitaria y a la riqueza cultural que representan las culturas Bato y Aconcagua.

“Es muy importante que se puedan quedar en nuestro Museo, porque fueron culturas que habitaron en la zona, en la ribera del Río Aconcagua. Nosotros queremos poder difundir a la comunidad, a los niños y mediante la práctica esta importancia, esta riqueza arqueológica que tiene Concón y que no es muy difundida de alguna forma”.

Este hallazgo arqueológico es el quinto que se ha registrado en la zona. El primer descubrimiento se produjo en los años sesenta producto de las excavaciones Bernardo Berdichewsky. En los años 2008 y 2009 también se registraron hallazgos en las inmediaciones de Enap, que por las características de su geografía resulta propicio para este tipo de eventos.