Señor Director:
Uno de los temas más importantes a nivel país es la educación a la que se someten muchos de nuestros estudiantes de forma obligatoria, con horarios extensos y material académico destinado a realizarse fuera del horario de clases.
Es inhumano que a los niños y adolescentes de nuestro país les manden tareas a sus hogares después de una jornada de clases completa de aproximadamente ocho horas. Esto se repite cinco veces a la semana y de vez en cuando les quita tiempo de su fin de semana.
Mi pregunta es: ¿está dando resultados positivos académicamente?, ¿cómo afecta esto a nuestros estudiantes?
Según un estudio realizado por la PISA (Programa para Evaluación del Alumno Internacional) en el cual se evalúa hasta qué punto los niños de 15 años cuentan con conocimientos y habilidades que le permitan un desempeño competitivo. Chile destaca como uno de los países con menor calidad educativa y nombra a los estudiantes chilenos con un bajo nivel de competencia, carecen de las aptitudes y conocimientos necesarios para resolver ejercicios básicos de lectura, matemáticas y ciencias.
Además de que el sistema educacional chileno no es el mejor académicamente hablando, tampoco lo es para los estudiantes a nivel social y emocional ya que sus extensas horas destinadas a mantenerse dentro del establecimiento en el que estudian y las tareas a realizar fuera de ese horario les produce agotamiento, estrés y les quita tiempo de convivir con sus pares (familia, amigos, etc.) lo cual en el caso de los adolescentes no los deja vivir su juventud como se debe.
Los mejores sistemas educacionales como el de Finlandia tiene como máximo 25 a 30 horas de estudio semanales lo que diariamente serian 5 a 6 horas y sin material académico extra para sus hogares.
Nuestro sistema educacional es muy distinto al de los países con mejor calidad de educación en el mundo. ¿Es el sistema educacional chileno de calidad?, he ahí el llamado al gobierno de Chile a analizar este tema.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.