Señor director :
El título de esta carta no tiene ningún propósito provocador pues se trata únicamente de recordar a esta personalidad histórica con ocasión del céntimo aniversario de la revolución bolchevique .
Es verdad que el balance de este acontecimiento no parece muy brillante si se tiene en cuenta el nivel de satisfacción de las poblaciones que vivieron en las sociedades socialistas que conocieron Rusia y varios países de Europa del Este durante el siglo pasado. Sin embargo los resultados alcanzados en muchos dominios por lo que fue la ex Unión Soviética hicieron palidecer en su momento a muchos de sus concurrentes occidentales.
Pero lo importante estuvo en otro dominio. Durante casi tres cuartos de siglo , gracias a la revolución iniciada por Lenin, una parte importante de la humanidad dejó ser controlada ,y explotada, por las leyes del capital , es decir las leyes que autorizan a unos pocos a servirse del trabajo de los más.
Sin la revolución bolchevique no habría sido posible tampoco el gran proceso de descolonización que conocieron África, Asia ,y hasta América latina ( las Antillas), en los años 1960 , ni habría sido posible tampoco la liquidación de unos regímenes tan odiosos como la racista África del Sur . Mucho más temprano aún, en la Segunda Guerra Mundial, la monstruosa Alemania hitleriana no habría sido derrotada definitivamente sin la participación decisiva del Ejército Rojo.
En otro dominio hay que decir que las estadísticas mundiales recientes de la economía muestran que a partir de 1917 hubo en nuestro planeta un redistribución del ingreso menos desventajosa para los trabajadores que anteriormente. La presencia de un bloque socialista no solo elevaba la confianza de los desprotegidos en todas partes sino que inquietaba la seguridad de los poseedores. Sintomáticamente , desde 1988 la tortilla ha comenzado nuevamente a darse vuelta abiertamente en beneficio de estos últimos.
Sin duda que no podemos olvidar el Goulag y las aberraciones de la época estaliniana así como tampoco podemos olvidar la formación, en esas sociedades socialistas, de nuevas capas favorecidas económicamente y socialmente y que , olvidando las aspiraciones iniciales, monopolizaron el poder.
Queda sin embargo una primera experiencia de gobierno y de construcciòn de una sociedad por parte de los grupos sociales tradicionalmente màs olvidados , una primera experiencia que, no me cabe duda, la historia mundial se encargarà de perfeccionar.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.