El gobierno nicaraguense enfrentó ayer sábado cortes de carreteras y fuertes protestas, mientras el episcopado y el ejército presionan por un diálogo que ponga fin a la crisis que dejó 51 muertos en menos de un mes en Nicaragua. Autoridades militares toman distancia respecto a Daniel Ortega, solidarizándose con las familias de los fallecidos en las protestas.
Las protestas se extendieron en al menos ocho departamentos del país, donde en los últimos dos días se registraron enfrentamientos entre manifestantes, policías y fuerzas de choque del gobierno.
A la espera de que se concreten las conversaciones, el Ejército tomó distancia con Daniel Ortega anunciando que sus efectivos no reprimirán a los manifestantes antigubernamentales.
Las fuerzas armadas emitieron un comunicado en el que llamaron a “detener la violencia”, al tiempo que se solidarizaron con las familias de las personas fallecidas en las protestas. El cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, recogió la información de pobladores y la prensa local que señalan un muerto en los último enfrentamientos.