Cuando en 2015, el Ejército Egipcio bombardeó por aire a un grupo de turistas Mexicanos, dejando 8 muertos y otros tantos heridos tan sólo porque ingresaron a un área prohibida en la frontera y fueron confundidos con terroristas, el mundo no hizo ningún escándalo. De hecho, hace unos días se cerró la investigación sin culpables y el gobierno Mexicano se limitó a indicar que “fue un hecho lamentable”.
A la frontera entre Gaza y Egipto no se acercan muchos “Palestinos” (árabes) básicamente por miedo, los pocos que se han acercado cuando hay expresa prohibición, también han sido asesinados.
De 5 que se acercan a esa frontera, 5 mueren. Y, si de los miles que se acercan a la Frontera con Israel, sólo perecen 60, en proporción, Egipto es mucho más duro que Israel con Gaza. Los miles que hoy asedian la frontera con Israel, ya estarían todos muertos en la frontera con Egipto. Y, de seguro, nadie estaría montando todo este escándalo.
¿Y quién marchó, se indignó y gritó tanto por la operación “Rama de Olivo” de Turquía, también en “defensa de sus fronteras” contra los “terroristas Kurdos”? ¡Mataron 222 civiles, con bombas y por aire! ¡Y sólo fue en Enero de este año!
¿Dónde están las ONG, las asociaciones de derechos humanos y los progresistas del mundo cuando pasan esas cosas?
A la gente se le olvida que en la Guerra Civil Siria ha muerto mucho más gente que en “Palestina” y que en los 70 años de conflicto entre Israel y los árabes, no han muerto mucho más en Gaza y Cisjordania que en el mismo Israel. Hay una cifra no menor de bajas civiles y militares Israelíes, también son personas, también cuentan.
Israel está defendiendo su frontera de un movimiento terrorista que abusa del conflicto. Y sí, la gente debería saber que en los conflictos bélicos hay bajas.
Todo lo demás, los discursos contra el Estado de Israel, su gobierno, sus ciudadanos y los judíos del mundo, es signo de un peligroso aumento de judeofobia pura.
Se ha tratado de demonizar a Israel, como si fuera una máquina asesina y genocida. Como si 11.000 bajas en 70 años de un conflicto bélico pudieran compararse con los 6 millones de judíos asesinados por los nazis o los 2 millones de armenios asesinados por Turquía, sin conflicto bélico alguno, sino a causa de políticas raciales violentas y extremas.
Se ha tratado de hacer de Israel el rostro mundial de la agresión. Mientras miles de árabes y musulmanes del mundo, que de verdad están siendo perseguidos y masacrados dicen: “No hay quien haya matado más árabes y musulmanes, que otros árabes y musulmanes”.
Egipto ha matado a todo aquel que se acerque a su frontera en una actitud que a ellos les parezca extraña o sospechosa y Turquía también. Centenares de civiles Sirios que huían del horror de la guerra en su país, fueron asesinados por tierra y aire por soldados Turcos, todo en nombre de “la defensa de la seguridad fronteriza y soberanía nacional”.
Sigo esperando las protestas, marchas y ediciones especiales en los noticieros por eso también.
A ratos, siento que la judeofobia de muchos se está disfrazando de genuina preocupación por los árabes de Gaza, se esconde detrás de un discurso políticamente correcto sobre derechos humanos y dignidad humana. Un discurso que hace exigible ciertas conductas deseables solamente al Estado de Israel, mientras en Chile todavía tenemos minada la frontera.
Si hoy, a causa de la demanda Boliviana en la HAYA, miles de Bolivianos se acercaran a nuestra frontera para protestar exigiendo Mar, no sería necesario dispararles, porque explotarían uno a uno.
¿Con qué moral esperamos que sólo un Estado del mundo de un ejemplo en el manejo de conflictos? ¿Cuál es el criterio de la ONU para “llamar al orden” a un país que defiende su frontera y soberanía, de la misma forma que lo ha hecho y haría cualquier otro país, incluso sus mismos vecinos?
Desconfío de la repentina preocupación de la opinión internacional por los asuntos fronterizos, por el uso de armas y por la muerte de civiles.
Cuando Europa mata a uno, o varios, afirmando que eran “terroristas”, nadie pierde la cabeza. Cuando Turquía mata a los seguidores del PKK, civiles también y sus hijos, por ser “terroristas”, nadie sale a demonizar a Turquía, desprestigiar a sus ciudadanos o a maldecir a Erdoğan.
Reconozco que no me molesta que la gente adopte ciertas posturas que les parezcan correctas o justas, lo que encuentro inaceptable es el relativismo ético.
Para mí, la única verdad es la realidad. Por lo cual, independiente de qué tan deseable sea esto, o lo otro, lo cierto es que: hay un conflicto bélico con los árabes de Gaza que no ha terminado por culpa de Hamás, grupo terrorista que ha llevado miles de civiles a la frontera para tratar de incendiar puestos de control de la Frontera con Israel, puestos militares. Eso, en cualquier parte del mundo, amerita una reacción. Y sobre la reacción, podemos observar que Israel ha reaccionado igual que sus vecinos cuando enfrentan el mismo problema.
Todo lo demás, a mi criterio, son acusaciones infundadas, consecuencia de un odio irracional contra Israel, desconocimiento/ignorancia sobre el conflicto y confusión generada por la propaganda y posverdad que difunden diversas organizaciones árabes y medios de comunicación.
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