Apenas se supo de la baja en la calificación que aplicó la agencia a nuestro país, tanto el presidente Sebastián Piñera como su ministro de Hacienda, Felipe Larraín, señalaron al gobierno de Michelle Bachelet como el culpable de los problemas financieros.
“Estamos rebajando el déficit fiscal y estamos estabilizando el nivel de la deuda pública y, por tanto, la reacción de esta clasificadora obedece a hechos que ocurrieron en los años pasados”, expresó el mandatario.
Sin embargo, de inmediato la información fue desmentida por la misma agencia Moody´s, pues, Ariane Ortiz, analista principal de clasificación del gobierno chileno indicó que el déficit se observa desde 2010, es decir, durante el primer mandato de Sebastián Piñera, y que desde entonces el problema ha sido gradual y persistente.
Para el economista de Fundación Sol, Marco Kremerman, efectivamente el déficit se arrastra desde ese año, luego se fue acrecentando con el término del super ciclo del cobre y ninguno de los dos gobiernos aplicó medidas concretas para resolver los problemas fiscales.
Además, Kremerman comentó que el fondo de la causa está en la dependencia de nuestro país de los precios de sus exportaciones: “Es una matriz productiva muy dependiente de los precios de los commodity que se exportan con una posición bastante débil, que hace que también, a las cifras positivas que hay en esos casos en Chile, tengamos que ponerles paños fríos, porque a veces no son sustentables a largo plazo”.
Agregó que, aunque suele culparse a las reformas y medidas internas de los problemas económicos del país, como sucedió en el gobierno de Michelle Bachelet, muchas veces las verdaderas razones se enmarcan en los movimientos internacionales que repercuten en nuestras exportaciones bajando los precios y afectando las ganancias. Ejemplo de esto es el caso del cobre, donde el fin de super ciclo en el que tenía altos valores afectó la economía nacional, y también los empleos de quienes dependen del mineral.
Kremerman comentó que el gran problema de Chile es que no tiene una estrategia de desarrollo clara, y que el único norte es “el de los grandes capitales que quieren siempre ganar más”, por lo que mientras esto siga ocurriendo, es difícil determinar los alcances a largo plazo -positivos o negativos- que puede generar este tipo de deterioros económicos.
“Antes que tener una discusión sobre el fondo del déficit, hay que tener una sobre la estrategia de desarrollo chilena, porque eso puede explicar de mejor manera que durante algunos años en términos transitorios tu puedes tener un déficit por un objetivo superior”, señaló.
Por su parte, Claudia Sanhueza, doctora en Economía de la Universidad de Cambridge, explicó que en el primer gobierno de Sebastián Piñera no se respetó la regla de superávit estructural, la que ayuda que el gasto fiscal vaya a un ritmo en el que dependa de los ingresos permanentes y no corrientes, lo que los llevó a gastar más de lo que debían, provocando el inicio del déficit.
Además, la economista señaló que la forma de optimizar la situación actual de las arcas fiscales es mejorando los cobros de impuestos: “La forma en la que se debería avanzar en Chile es aumentado los ingresos por impuestos progresivos, que son los directos, o sea, impuestos a la renta, que las empresas paguen lo que tienen que pagar, impuestos a la riqueza, y eso es lo que tiene que pasar, de lo contrario, vamos a seguir deteriorando el tema fiscal”, indicó Sanhueza.
Por otra parte, la economista señaló que el aumento de las demandas de gasto público para políticas gubernamentales ha influido en este aumento de deterioro, pero que, para no se genere este desbalance, se debe aumentar el ingreso de impuestos permanentes a través de reformas tributarias.
Al igual que el experto de Fundación Sol, Sanhueza comentó que el mercado internacional ha influido en la economía de nuestro país, situación que no es exclusiva de Chile, pues en la actualidad no existe ninguna nación que pueda ser independiente y mantenerse financieramente sin depender de las negociaciones con otros.
Ambos economistas señalaron que es necesario analizar la situación actual de nuestro país y que se revisen las medidas de recaudación que se tomarán para revertir el déficit fiscal, sin que esto necesariamente implique reducir los gastos del país, pues si se hicieran los cobros adecuados de tributaciones no habría problema es responder a las demandas financieras de la ciudadanía.