Derechos de las minorías: los estudiantes trans que rinden la PSU con nombre social

Se trata de una iniciativa implementada por primera vez por el DEMRE, organismo dependiente de la Universidad de Chile, en atención al reconocimiento y la protección de la identidad de género. En total, 73 jóvenes en todo el país podrán rendir el examen con el nombre con el que se identifican.

Se trata de una iniciativa implementada por primera vez por el DEMRE, organismo dependiente de la Universidad de Chile, en atención al reconocimiento y la protección de la identidad de género. En total, 73 jóvenes en todo el país podrán rendir el examen con el nombre con el que se identifican.

Tobías Guerrero tenía doce años cuando decidió cambiar su nombre. Desde pequeño no le gustaban los vestidos ni jugar a las muñecas, prefería el fútbol con los amigos y a todos les decía que era niño, pese a que su apariencia era de la de una niña. Tobías sentía que su cuerpo no le pertenecía.

Hablar con sus padres fue lo más difícil, sobre todo con su padre. Como hombre de campo, tenía una visión limitada sobre lo que es ser mujer u hombre, por lo que no entendía cuando las personas hablaban acerca de ser transgénero. Pero el amor es más grande y, con paciencia e informándose lo más posible, hoy entiende que no tiene una hija sino un hijo, al que ama por sobre todas las cosas.

A sus 17 años, es en la calle donde Tobías enfrenta el desdén y la incomprensión social, sobre todo cuando por obligación debe ocupar su nombre legal- uno que no lo identifica- para realizar algún trámite. Las miradas de desaprobación son inevitables e incómodas, pero no se comparan con la humillación de tener que explicar por qué no utiliza el nombre femenino impreso en su cédula de identidad.

El joven cursa cuarto medio en un colegio de Quilicura. Sueña con ser ingeniero civil industrial y quiere estudiar en la Universidad de Chile, pero hasta hace unos meses se sentía muy inquieto por tener que rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Más que la dificultad o la falta de conocimiento de algunas materias, a Tobías le preocupaba la incomodidad de tener que rendir el examen con su nombre legal. Imaginaba las miradas y los comentarios de los demás jóvenes, de los examinadores.

Sin embargo, no tendrá que pasar por todo eso, ya que será uno de los 73 estudiantes transgénero que este año podrán utilizar su nombre social para rendir la prueba. Esto, gracias a que el Departamento de Evaluación Medición y Registro Educacional (DEMRE), que elabora la PSU, decidió incluir esta posibilidad en el formulario de inscripción. Una iniciativa que fue valorada por Tobías.

“Me parece que es más inclusivo el tema, que tengan más conciencia de que hay distintas realidades y situaciones. Me parece bueno que entiendan al otro, que se pongan en su lugar y que intenten hacer algo distinto a lo tradicional. Considero que como sociedad falta mucho avanzar, pero se está dando una buena pelea. Si seguimos así podemos cambiar. Querer es poder y podemos lograr un gran cambio”, dijo a Radio Universidad de Chile.

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Iniciativa

Daniela Montecinos, abogada del DEMRE, explicó que la medida fue implementada en atención al reconocimiento y protección de la identidad de género, “un derecho humano universal que no se está cumpliendo en nuestro país”.

Así también, la iniciativa responde a las solicitudes que cada año recibe el departamento para incluir el nombre social de estas personas en las listas de rendición.

Hasta ahora, el organismo había acogido de forma particular estas peticiones, pero este año decidió que fuera un procedimiento formal y universal, al que se quisieron acoger cerca de 400 jóvenes en todo el país. Sin embargo, sólo 73 pudieron hacerlo. El resto no pudo lograrlo por no entender el concepto de nombre social o intentar inscribir un sobrenombre.

Montecinos aclaró, eso sí, que el nombre social será utilizado sólo durante la rendición de la PSU. “Cuando el chico o la chica trans llegue con su cédula de identidad con su nombre registral, desde la entrada hasta que termine de rendir la prueba va a ser tratado con su nombre social.Para efectos de entrega de puntajes, postulación, selección y matrícula de cada universidad va el nombre registral”, explicó.

Respecto a ampliar el uso del nombre social en las instancias posteriores a la prueba, la abogada precisó que por este año es imposible, ya que la ley actual reconoce sólo el nombre registral para estos efectos. Sin embargo, la situación será distinta durante el proceso 2019, tras la entrada en vigencia de la Ley de Identidad de Género, a la que el Tribunal Constitucional dio luz verde hace unos días y está a la espera de ser promulgada.

Valentin, otro joven trans que rendirá la prueba este año, calificó la iniciativa del DEMRE como un avance importante en materia de inclusión, pese a que falta mucho para que la sociedad aprenda a convivir con las personas trans como iguales.

“Que hayan permitido que uno utilice el nombre social para dar la PSU es como que a uno lo incluyen como persona. Uno se siente bien que te llamen por tu nombre social, a pesar de que uno tenga otro nombre legal. Creo que a la sociedad le falta aprender más sobre el tema. Si bien se ha visibilizado harto, creo que falta aún más para que la gente entienda. Se trata de que te traten como persona, nada más”, señaló.

Lucha por los derechos individuales

Como Tobías y Valentin, en Chile hay miles de niños, jóvenes y adultos trans que a diario enfrentan el desprecio de quienes no entienden que son personas comunes, que sienten, aman y viven como todos. Porque es un país que discrimina y margina lo que no entiende.

Ambos jóvenes asisten a la Fundación Selenna, que orienta y brinda apoyo a los niños y jóvenes trans. Para ellos es importante guiar a los menores a sobrellevar el proceso de aceptación de su condición, lo que es difícil al principio.

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En los últimos años, son varias las instituciones que han impulsado la lucha por el reconocimiento de los derechos individuales y sociales de las personas transgénero. Una de ellas es la Asociación Organizando Trans Diversidades (OTD), desde donde valoraron iniciativas como la del DEMRE, pero criticaron que como sociedad no se trata de manera igualitaria a las personas trans.

Su coordinadore ejecutive, Michel Riquelme, señaló que se trata de una práctica que debiesen imitar otras instituciones del Estado. Al mismo tiempo, apuntó a algunas falencias que, a su juicio, presenta la Ley de Identidad de Género. “Nos parece una iniciativa fantástica. Creemos que es un paso en el avance de la inclusión de las personas trans en el sistema educativo en general. Es una buena práctica que otras instituciones deberían replicar”, expresó.

Agregó que “la Ley de Identidad de Género debió haber resguardado de manera explícita el respeto del nombre social en todos los espacios y no enfocarse sólo en el cambio de nombre en la cédula de identidad. Habrá personas que van quedar excluidas de ese derecho y éstas van a seguir necesitando una casilla para el nombre social. Son personas que nisiquiera son trans, pero que tienen otro nombre y prefieren ser tratadas por éste”.

Desde el punto de vista académico, Andy Co, docente del Preuniversitario Popular Mara Rita, estimó que la medida del DEMRE es un avance que se adelanta incluso a las leyes. Aunque puntualizó que la iniciativa será exitosa en la medida que el organismo instruya de manera correcta a los encargados de aplicar la prueba.

“El tema pasa porque si el DEMRE va a capacitar a todas estas personas y si todas van a respetarlo. Espero que esta política del DEMRE sea realmente de respetar a las personas en su identidad y de no excluirlas aún más del sistema educacional”, estimó.

En ese sentido, señaló otros casos en los que la inclusión del nombre social no ha pasado de las buenas intenciones, como en los centros de atención médica donde- pese a que el Ministerio de Salud instruyó a los funcionarios sobre el uso del nombre y el respeto a la identidad de estas personas- no siempre se acata.

La académica expresó que, desde el punto de vista del reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT, este preuniversitario intenta generar un cambio en la forma en que se consiguen estos derechos. En esa línea, apuntó a la educación como factor revolucionario, para modificar el pensamiento retrógrado de quienes miran con desprecio a quienes son diferentes.

 

 





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