“No necesitamos consumidores, ni una Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA) tipo centro comercial, necesitamos a gente que piense”.
Así de tajante fue el director y cofundador de Lom Ediciones, Paulo Slachevsky, después de la polémica surgida, donde variadas editoriales nacionales se restaron de participar en la muestra este 2018.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el también integrante del Observatorio del Libro y la Lectura, reafirmó las críticas a cómo la Cámara Chilena del Libro ha manejado el evento cultural FILSA, el que, para Slachevsky, se parece más a una tienda que a un espacio de discusión abierto a la comunidad, que tiene como excusa los textos.
“Los editores independientes, la asociación, la cooperativa Furia, somos críticos de FILSA. Son necesario cambios importantes, la principal feria del libro del país está emplazada en un lugar popular y tiene que ser articulada por todos los actores del mundo del libro. Lo que han hecho las multinacionales al desprestigiarla ferozmente, además de organizar actividades paralelas, es golpear ese ecosistema y creemos que eso es muy dañino, justo en una parte donde el sistema es el más débil, acercar la lectura a una parte mucho mayor de la población, democratizar la lectura”, afirmó.
El director y cofundador de Lom Ediciones, Paulo Slachevsky, respaldó lo expresado por la asociación y criticó los argumentos emanados desde la propia Cámara Chilena del Libro.
“Las multinacionales estuvieron a la cabeza de FILSA durante décadas, ellos salieron de la dirección de la Cámara el año 2014, sin nunca haber, por ejemplo, bajado el precio de las entradas. Nunca democratizaron los espacios, las editoriales independientes estábamos confinadas al final, en los márgenes, y ellos se imponían en la nave central. Todo lo que dicen hoy día, acceso democrático, nunca fue parte de su práctica, es un discurso falso que se basa en la lógica de acapararlo todo, una lógica hegemónica brutal”, argumentó.
El también integrante del Observatorio del Libro y la Lectura cuestionó a los grandes conglomerados editoriales que, para él, han monopolizando los canales de distribución y espacios de discusión en torno a los textos.
El director y cofundador de Lom Ediciones, Paulo Slachevsky, cuestionó la lógica de cómo se habla de los libros, opiniones basadas exclusivamente en ranking de ventas. Lo que para el representante induce artificialmente a comportamientos de compra.
Además -precisó- hasta la confección de las vitrinas de las tiendas son pauteadas por las multinacionales, lo que no da cabida a la lógica de diversidad de gustos, ni cambios en los hábitos de lectura.
Slachevsky aclaró que no hay que matar a FILSA, sino que transformarla en un evento abierto y democrático para todos los autores, tanto nacionales como extranjeros.