Marcha por el agua para los pueblos y No al TPP

  • 25-04-2019

El llamado por la desprivatización de las aguas, es un llamado a un justo ejercicio de soberanía, es la posibilidad de cultivar y con ello generar espacios, quizás pequeños espacios aún de autonomía respecto por ejemplo, a las variabilidades del mercado.

Y es que un país pequeño como el nuestro, de no más de 17 millones y medio de habitantes, con una economía basada principalmente en la extracción de materias primas y con 26 Tratados de Libre Comercio (TLC´s) vigentes, hablar de soberanía, es un ejercicio de quimera, pero que sin embargo en esta vuelta del mundo es una quimera fundamental. Puesto que es ahí donde reside aquello que deseamos construir como pueblos, como diversas colectividades que somos, que poseemos con diferentes matices, historias comunes.

Y es que cuando en los años 80 se crea el actual Código de Aguas, en ello había una proyección respecto a que sectores se potenciaría, y junto a ello que tipo de sociedad era la que desde ese oscuro salón, se deseaba impulsar. Una sociedad abiertamente estratificada, donde los pequeños campesinos que diez, quince o veinte años antes, habían recibido un trozo de tierra vía reforma agraria, fueran una vez más “doblegados”, esta vez bajo la imposibilidad de competir con los grandes acaparadores del agua.

Posteriormente cuando en los 90 en más, se decide desde la punta más estrecha de esta estratificación, incorporar a Chile a cuanto TLC surgiera, una vez más se apela a esta proyección que se tenía como país, para una vez más impulsar al crecimiento de un sector de la población, y nombrar bajo conceptos incuestionables, aquello que nos parece insostenible, como es la idea de “Chile potencia agro-alimentaria y forestal”, dejando en manos de un agronegocio que para nada reconoce los ciclos de la tierra en sus cultivos, o monocultivos intensivo, que no reconoce el control biológico de plagas, pues este tipo de control no alcanza a cubrir la mega escala en que se arrancan las cosechas.

Es así como en esta última pasada, la Cámara de Diputados aprueba pese al amplio rechazo de la gente, los pueblos y la ciudadanía, un nuevo TLC, que no constituye un TLC cualquiera ya que más allá de los términos comerciales, hablamos en términos de gobernanza, apelando una vez más a la –a estas alturas- intocabilidad de ese sector de la población, pero que además, apela a estructuras globales, a gobernanzas sin rostros pero cargados de S.A.

Como Movimiento Plurinacional por el Agua y los Territorios MAT, sostenemos que ambas luchas, no son separadas, no responden a demandas ajenas la una de la otra, sino que se potencian, se enlazan puesto que con el TPP, se instaura una legislación que excede las fronteras, posibilitando la intervención, el control, el dominio y el saqueo, de los extractivismos nacionales y transnacionales. Quienes a fin de sostener el mercado del agua, no tendrán reparo en utilizar clausulas incorporadas dentro del TPP como la “expectativa razonable de ganancia”, por medio de la cual podrán demandar al Estado por millonarias indemnizaciones, si es que intentase cambiar alguna ley que a las empresas “no le favorezcan”. Protegiendo y asegurando la propiedad privada transnacional, más allá de los derechos de quienes habitamos los territorios.

Hoy es el tiempo de apostar por nuestras quimeras, de construir formas de relaciones sociales, políticas, económicas y ecológicas más justas y horizontales, que considere los derechos de la naturaleza, traspasando las barreras construidas por décadas de inequidad para unos y privilegios para aquel pequeño grupo que sigue votando a favor de sus ganancias.

Por eso es que en Santiago, les invitamos a ser parte de la 7ª movilización plurinacional por el agua y en rechazo al TPP. Este sábado 27 de abril a las 16 horas en Plaza Italia.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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