Macron, quien cumplió 42 años el sábado y cuyo mandato se extiende hasta 2022, decidió no formar parte en el futuro del Consejo Constitucional francés. Los ex presidentes lo integran como miembros vitalicios de pleno derecho, con una asignación de 13.500 euros (15.000 dólares) por mes.
La decisión fue hecha pública por el Palacio presidencial del Elíseo, en medio de un duro paro del transporte contra la reforma de las pensiones promovida por Macron. La huelga del transporte público, que el domingo entró en su día número 18, se extenderá durante las fiestas de fin de año, a pesar de que el Mandatario pidió una “tregua” a los sindicatos.
Según el Palacio del Elíseo, “no hay una voluntad de alarde”, solo “un deseo de coherencia” por parte de Emmanuel Macron, quien será el primer presidente en renunciar a la pensión de por vida a la que tiene derecho cuando deje el cargo.
La jubilación de un ex presidente asciende a 6 mil 220 euros brutos (6 mil 900 dólares) mensuales. En virtud de una ley de 1955, este monto no está sujeto a condiciones de edad, duración del mandato o límite de ingresos.
“Insoportable”
Algunos líderes opositores no tardaron en reaccionar tras le anuncio presidencial. Fue el caso de Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa (extrema izquierda), quien fustigó a Macron: “Es insoportable, sólo los grandes señores, muy ricos, muy importantes, pueden permitirse ese tipo de generosidades”, expresó Mélenchon en una televisora privada de información.
“Que el presidente renuncie a uno de sus privilegios, muy bien. (…) Pero la jubilación de los franceses no es un privilegio”, exclamó de su lado Olivier Faure, el líder del Partido Socialista.
Al otro lado del espectro ideológico el derechista, Nicolas Dupont-Aignan, del partido Debout la France (Francia de pie), denunció una nueva “operación de comunicación”. “No me cabe la menor duda que los fondos de pensiones a los que (Macron) ofrece el mercado de las jubilaciones, le asegurarán una buena tajada o conferencias bien remuneradas”, dijo.