En 2007, el Teatro Municipal de Iquique cerró sus puertas. La decisión se dio luego de constatar que el inmueble, declarado Monumento Histórico en 1977, exhibía un deterioro considerable producto del mal uso de sus instalaciones: la humedad había calado fuertemente en las maderas del edificio, mientras que la fachada daba cuenta de un importante menoscabo producto del paso del tiempo. Todo esto se había agravado luego del terremoto de 2005.
Ante ese diagnóstico, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) inició un proceso de restauración que, en 2018, permitió recuperar el frontis de la construcción. No obstante, en la actualidad, el organismo pretende retomar el proyecto para concluir la reparación que, frente a esta nueva etapa, apunta al interior del monumento.
Esta es la cuarta vez que la cartera busca finalizar los trabajos respecto de la construcción inaugurada en 1890. A la fecha, ha llamado a tres licitaciones, las que no han podido concretarse por problemas administrativos y diferencias presupuestarias. La última convocatoria se concretó el 15 de abril recién pasado.
“La primera licitación fue fallida, porque, aunque se presentaron dos alternativas bastante factibles que pasaron el análisis técnico, se equivocaron y omitieron ítems importantes dentro de la presentación económica, lo que nos obligó a desestimar ambas ofertas”, explicó, respecto del retraso del proyecto, Patricio Altermatt, seremi de Obras Públicas de Tarapacá.
“La segunda licitación tuvo un problema en la página de las compras públicas. La tercera licitación pasó el cedazo técnico, pero, lamentablemente, en lo económico estaba por sobre cualquier parámetro y tuvimos que desestimarlo, porque nos obligaba a ver la posibilidad de reevaluar”, comentó la autoridad.
Actualmente, el proyecto de restauración considera tres vías de financiamiento: Gobierno Regional (50%), Ministerio de las Culturas (30%) y el municipio (20%). El monto de referencia es de, aproximadamente, 5 mil 400 millones de pesos, sin embargo, de acuerdo a la última licitación, el proceso podría costar cerca de 8 mil millones de pesos, lo que implicaría una reevaluación de la iniciativa.
Esta fase también implica la restauración de 3 mil 700 m2, impulsando un modelo capaz de recibir espectáculos de alto nivel. Ello implica acústica, condiciones estructurales, mobiliario, vestíbulo, áreas públicas, caja escénica, la incorporación de un ascensor y la modernización del sistema de seguridad.
Manuel Pedreros, director regional de Tarapacá del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, manifestó que el proceso de licitación ha sido complejo, sobre todo porque el proyecto se formuló hace varios años, por lo que ahora debe actualizarse respecto de los montos implicados.
“Esta licitación se llama para disponer de todos los antecedentes y, si es que se sigue manteniendo la tendencia de ofertas por mayor monto, tendremos que reevaluar el proyecto para, efectivamente, contemplar la necesidad de recursos adicionales que eso es algo que tiene bastante consenso”, dijo.
“Este es un recinto que tiene una vital importancia vital para la ciudad. En primer lugar, porque está emplazado dentro de una zona emblemática de la ciudad en materia patrimonial. Además, no existe otro lugar dentro de la ciudad para acoger espectáculos en términos de la capacidad de personas, de la ubicación que tiene, de las condiciones acústicas que brinda. Por lo tanto, una vez completada la restauración, la comunidad artística de la ciudad va a poder contar con un espacio apropiado para desarrollar sus actividades de manera permanente”, sostuvo el profesional.
Construido en 1889 bajo un estilo neoclásico y, principalmente en madera, el Teatro Municipal de Iquique fue un lugar que se benefició de la época de esplendor del salitre. Por su escenario transitaron figuras como la actriz Sarah Bernhardt y el actor Antonio Vico, entre muchos otros. Hoy, sin embargo, enfrenta una etapa compleja.
Si los plazos se cumplen, a fines de mayo deberían estar sobre la mesa los antecedentes de la última licitación para avanzar en una decisión definitiva. De ser así, el proyecto podría adjudicarse durante este año para ejecutar las obras durante 2021 y 2022. Con ello se pondría fin a un largo camino de espera, en el que la comunidad y los artistas de la zona se verían beneficiados.