El debate por el sueldo mínimo sigue su curso en el Congreso. En la Cámara Baja fue rechazado el reajuste del cero por ciento real propuesto por el Gobierno, y ahora son los senadores los que tienen que seguir la discusión.

Más allá de lo que pase en el Parlamento, el Gobierno se ha llenado de críticas por su propuesta. Sin embargo, desde La Moneda se defienden argumentando el mal momento económico del país producto de la crisis sanitaria. Además, esgrimen el Ingreso Mínimo Garantizado, una especie de bono estatal para aquellos trabajadores que ganen menos de 380 mil pesos y que les permita un colchón económico por sobre los 300 mil pesos.

Para profundizar sobre esto, Radio y Diario Universidad de Chile dialogó con Valentina Doniez, investigadora de Fundación Sol. La antropóloga cuestionó el Ingreso Mínimo Garantizado propuesto por Sebastián Piñera, pues este vendría a solucionar un problema que le corresponde resolver a la mediana y gran empresa.

“¿Cuándo las grandes empresas van a ponerse, van a generar algún tipo de aporte a la crisis que estamos viviendo? Porque cabe mencionar que el Ingreso Mínimo Garantizado es para cualquier tipo de empresa, entonces tampoco estamos viendo alguna focalización en términos de ayuda, sino que están ganando las empresas de todos los tamaños, por lo que las grandes empresas, nuevamente, no han hecho ningún aporte”.

En ese sentido, Doniez criticó la protección que, según ella, se les hace a las grandes empresas, tanto en la propuesta de salario mínimo como la del Ingreso Mínimo Garantizado.

“La mayor cantidad de empleo que se genera en Chile es a través de la gran y mediana empresa, eso es un hecho, por lo tanto, debemos pensar en cómo estas grandes empresas con espalda financiera se hagan cargo de lo que es pagar buenos salarios, así de simple”.

“Parece que a las autoridades se les olvida que tuvimos una gran movilización social en octubre del año pasado, con la cual, justamente, se presionaba y criticaba el statu quo y el ordenamiento que estábamos teniendo hasta ese momento, entonces no podemos seguir con las mismas soluciones, con las mismas recetas de hasta ese momento”, continuó.

Al respecto, la investigadora señaló que los bonos o los subsidios de cesantía, son las recetas clásicas que la gente ya no quiere.

En esa línea, la antropóloga destacó la importancia y el efecto que pudiese tener un aumento del sueldo mínimo. “Un aumento del salario mínimo podría generar un mayor dinamismo en la economía, como lo fue el mismo retiro del diez por ciento”, afirmó.

“La actividad económica debe adaptarse a un mínimo social, con valores éticos y morales”, continuó.

Además, Valentina Doniez sostuvo que en Chile no se valora adecuadamente el trabajo, por lo que, según ella, “se debe reconocer el valor del trabajo en todas sus dimensiones” y, por ende, pagar lo que corresponda, que garantice la existencia y la dignidad.