En 1964 y por casi seis meses, el poeta Pablo de Rokha (1894-1968) recorrió cada uno de los rincones de la República Popular China en compañía de su hijo Pablo Díaz Anabalón. Al igual que otros intelectuales latinoamericanos, el escritor llegó al país asiático gracias a una invitación extendida por el gobierno de Mao Zedong, que, a través de estos estímulos, pretendía difundir los alcances del proceso revolucionario que se había desarrollado en la nación.
En ese viaje, el autor de Licantén escribió un libro que, por medio de 50 poemas y bajo el título China Roja, destacaba las virtudes de la revolución marxista que había trastocado todo el modelo chino, abarcando escuelas y fábricas.
Por casi 50 años esa publicación se mantuvo como inédita, saliendo a la luz, recientemente, gracias al amparo de Ediciones Estrofas del Sur. Esta edición fue el resultado de una investigación desarrollada por el historiador José Miguel Vidal y el editor Alejandro Lavquén, quienes dieron con una copia del manuscrito del poeta.
Alejandro Lavquén señaló que hasta 2014 había muy pocos indicios de la existencia del libro escrito por el poeta en China y que, pese al hallazgo de algunas referencias, la publicación era una incógnita. No obstante, ese mismo año, recibió una llamada del historiador José Miguel Vidal, quien le comentó un detalle relevante: en 1965, en China, se había publicado un libro de Pablo de Rokha que contenía 20 poemas y que había sido titulado como Himno dedicado a Pekín.
Así, cotejando la información, Vidal y Lavquén advirtieron que este ejemplar correspondía a una parte del mítico China Roja. Más tarde, darían con una copia del manuscrito original, lo que ratificaría el vínculo entre ambos libros.
“Naín Nómez, un especialista en el poeta, tenía la única copia a la que pudimos acceder. El original, que fue entregado a la Biblioteca Nacional, no estaba. Naín dice que lo entregaron ahí y que ahí debería estar. Entonces, es extraño. La única explicación por la que no estaría sería que alguien se lo robó”, comentó Alejandro Lavquén.
“Del manuscrito original no hay noticia, salvo una investigación de Pedro Pablo Guerrero en El Mercurio, en la que dice que el original lo tiene un coleccionista, pero no sabemos si el original que tiene es el mecanografiado o el escrito a mano”, dijo el editor.
Para los investigadores, la razón por la cual este libro se mantuvo tantos años como inédito tiene que ver con el hecho de que el texto no despertó mucho interés entre los críticos. “Para muchos de los expertos de la poesía de De Rokha, sus poemas ‘chinos’ no ofrecen la multifacética voz que se insinúa en la complejidad de los postulados poéticos de sus obras más importantes. En consecuencia, críticos literarios de la poesía rokhiana han seleccionado otros trabajos como los más representativos a la hora de explorar las contribuciones artísticas del poeta”, escribe Vidal, en el ensayo Entre lo local y lo global: Pablo De Rokha y el proyecto maoísta.
En China Roja, el Premio Nacional de Literatura (1965) y ferviente militante comunista plantea su visión respecto del proceso maoísta, alabando la revolución y reflexionando sobre la situación latinoamericana de esos años: “Los imperialismos,/ el inglés, el yanqui,/ ¡nos hallaron ricos,/ y dejaron hambre!…/ ¡bandidos!…”, dice uno de los poemas.
Patricia Tagle, directora ejecutiva de la Fundación Pablo de Rokha y nieta del escritor, sostuvo que para su abuelo el viaje a China fue una experiencia única: “En el libro hace una defensa del marxismo. Había leído a Mao Tse-Tung, quien había iniciado algo que para mi abuelo era un ensueño (…). Obviamente, lo llevaron para allá y para acá, pero él sentía que China estaba surgiendo de alguna manera. En sus poemas vi una emoción respecto de lo que estaba viviendo China. A mi abuelo eso lo enloqueció, porque había orden, todo alcanzaba para todos”, comentó.
“Para él, ese viaje debe haber sido una de las partes más felices de su existencia y eso que allá se enfermó. Lo tuvieron que llevar en silla de ruedas y con el carácter que mi abuelo tenía. Él decía: ‘déjeme compañero, si no me estoy muriendo’. Nos contaba que lo cuidaron de una manera extraordinaria y eso me parece razonable, porque él iba un poco agotado”, compartió Patricia Tagle, quien además lamentó la marginación de la obra, pese a la vigencia de los textos.
“Este país lo silenció, porque no resistieron una personalidad tan fuerte. Obviamente, había gente muy inteligente, pero en general era una sociedad muy hipócrita”, dijo la nieta del autor.
Con la publicación de China Roja se cierra una etapa en la obra del poeta, ya que las múltiples correcciones presentes en la copia del manuscrito revelan las intenciones del autor de publicar la obra. Pero eso no será todo. Desde la Fundación Pablo de Rokha aseguraron que continuarán difundiendo los textos del clan rokhiano. Así, para diciembre está proyectada la publicación de un nuevo libro del autor a lo que se sumará el realce de la obra de Winétt de Rokha. Mientras, la Universidad de Valparaíso editará la obra de Carlos de Rokha.