Cada vez más cerca de cumplirse medio siglo del golpe militar de 1973, persiste en Chile el desconocimiento de la vasta obra artística y académica desarrollada en el exilio. Una parte de aquella que en su momento fue llamada la mitad lejana, nunca terminó por regresar, dicho esto en sentido literal y/o figurado. Esto ayuda a explicar que en el país haya pasado relativamente desapercibido el fallecimiento de Miguel Rojas Mix, intelectual admirado y uno de los grandes historiadores chilenos.
Nacido en 1934 en Santiago de Chile, fue licenciado en Derecho y profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica. Desarrolló su actividad en importantes universidades de América Latina, Europa y Estados Unidos, donde fue reconocido por su destacada trayectoria académica, literaria, y científica. El intelectual chileno sobresalió como catedrático de la Sorbona, en la Universidad de París VIII, y en el Instituto de Altos Estudios de América Latina. Además, fue fundador del Instituto de Arte y Cultura Latinoamericano de la Universidad de Chile y del Centro Extremeño de Estudios y Cooperación Iberoamericana. En el 2002 creó los ‘Talleres del imaginario”, que constituyeron en una red de estudios sobre el imaginario, a la que se han incorporado diversas universidades de América Latina y Europa.
Fue autor de obras como La Plaza Mayor. El urbanismo, instrumento de dominio colonial (Muchnik Editores, 1978); La cultura agroamericana (Anaya, 1988); Los cien nombres de América: eso que descubrió Colón (Editorial Universidad de Costa Rica, 1991); América imaginaria (Editorial Lumen, 1992); y El Imaginario. Civilización y cultura del siglo XXI (Editorial Prometeo, 2006), entre otras.
Con motivo de la segunda edición de América Imaginaria y de su presentación en 2015 en la Sala Ignacio Domeyko de la Casa Central de la Universidad de Chile, se citaba una afirmación suya según la cual “la América que se descubría parecía estar hecha a la medida de los sueños europeos. En el Nuevo Mundo se daban cita todos los mitos. La «novedad tan nueva» se encontraba con lo viejo. Confluían el Paraíso, Ofir y El Dorado. Colón creía haber descubierto el lugar físico del Edén y Durero y Rubens poníanse al paso de la modernidad introduciendo un papagayo entre Adán y Eva. Ave que, por bella y lenguaraz, parece ser el símbolo de un pecado de frivolidad que desde entonces se le imputa a América”.
Catedrático desde 1961, Rojas Mix fue en la Casa de Bello secretario de Redacción de los Anales de la Universidad de Chile, miembro de la Comisión Central de Investigación Científica y en 1969 fundó y dirigió el Instituto de Arte y Cultura Latinoamericano, donde se creó el Museo de la Solidaridad, hoy Museo Salvador Allende.
En una publicación de pesar por su fallecimiento, esa institución recordó que Rojas Mix “fue director del Instituto de Arte Latinoamericano (IAL) de la Universidad de Chile, bajo cuyo alero se creó el Museo de la Solidaridad (…) con el interés de cultivar las relaciones latinoamericanas, partiendo por países como Cuba, Argentina y Uruguay, centralizando la investigación y extensión de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile”.
Señala, además, que “la labor de Miguel fue fundamental en la creación del Museo de la Solidaridad. Junto a Mário Pedrosa, Danilo Trelles y José Balmes, fueron apoyados por Salvador Allende, por medio del Departamento de Cultura de la Presidencia, para vislumbrar la materialización del proyecto propuesto por el crítico de arte y periodista español José María Moreno Galván y el senador y artista italiano Carlo Levi, tras su visita a Chile y participación del encuentro Operación Verdad”.
A pesar de que Rojas Mix siguió desarrollando su labor en el extranjero, mantuvo preocupación por nuestro país, con especial énfasis en las políticas de debilitamiento de la educación pública. En 2010, señaló a Radio Universidad de Chile que “esto es una ideología política. Si los gobiernos creen que la única manera de hacer avanzar el país es establecer no la sociedad del conocimiento, sino la economía del conocimiento, es decir, que todas las universidades estén destinadas a servir a las empresas para que la economía sea más competitiva, vamos a tener una sociedad de empresarios. Que corre los riesgos que ha corrido el planeta en este momento: gente que ha sido formada como emprendedor, como no hubo la ética social del humanismo, se han convertido en especuladores. Y sobre la especulación del mercado se construyó la crisis”.
En la vasta y prestigiosa obra de Rojas Mix se produjo el encuentro entre la labor intelectual con vocación pública y de divulgación, el diálogo entre disciplinas y una labor historiográfica profundamente latinoamericana.