En 2019, tras 57 años de militancia y después de haber sido dirigente del PS en la clandestinidad durante los 17 años de la dictadura militar, renuncié al Partido Socialista, el único partido en que he militado en mi vida. Lo hice por vergüenza, por las posiciones cada vez más cuestionables que venían tomando sus dirigentes, cada vez más alejadas de las posiciones y convicciones históricas del PS; por la desidia culpable de su dirigencia en limpiar el partido de la penetración del narcotráfico; y, la gota que colmó mi vaso, por la posición conservadora que tomó su dirigencia frente al Estallido Social, sumándose al vocinglería derechista de pedir más represión a la legítima demanda popular, sin siquiera intentar comprender la profundidad tectónica de la crisis social, institucional y política que con ello se manifestaba y en la cual los socialistas teníamos una cuota de responsabilidad, por nuestra activa participación en buena parte de los gobiernos del país de 1990 en adelante.
Pero hoy esa vergüenza ha llegado a límites que nunca pensé que iba a sentir, a pesar de no ser ya militante, pero por ser aun y toda mi vida socialista, ante las declaraciones de la presidenta del PS, la senadora Paulina Vodanovic, cuestionando la consecuente decisión del Presidente de la República Gabriel Boric de marginar de FIDAE a las empresas productoras de armamentos de Israel, Estado que en estos momentos está siendo cuestionado a lo largo y ancho del mundo, por casi el 90% de los países de la comunidad internacional, por el genocidio que está llevando a cabo en Gaza, contra el oprimido y ocupado pueblo palestino.
Si ha habido una constante histórica en la posición de los socialistas chilenos y en especial del PS, ha sido su irrestricta solidaridad con el pueblo palestino y su lucha contra el apartheid que permanentemente ha ejercido el ficticio estado de Israel contra el pueblo palestino, irrespetando sistemáticamente y durante 45 años las cerca de 100 resoluciones, que ha tomado Naciones Unidas contra su política permanente de ocupación y de represión del pueblo palestino. Por eso no me cabe la menor duda que en la coyuntura de la ofensiva genocida que está llevando a cabo el Estado de Israel, Salvador Allende habría levantado su voz en contra del genocidio, reclamando por el inmediato cese del fuego, por la libertad del pueblo palestino y porque Palestina vuelva a ser un Estado libre y soberano, como lo fue hasta los años 40. Más aún, tampoco me cabe duda que Allende se habría sumado a Sudáfrica en su demanda de Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.
Las razones que da la Señora Vodanovic por oponerse a la consecuente decisión del presidente Boric es de una inhumanidad inaudita. Para ella es más importante respetar convenios y relaciones comerciales que la vida de miles de niños, mujeres, ancianos, civiles que siguen siendo masacrados sistemáticamente, en estos minutos, con esas mismas armas que las empresas armamentistas israelíes vienen a exhibir a Chile. Inaudito. Vergonzoso, Inaceptable. A la vergüenza que he sentido por la sistemática desconocimiento de las posiciones históricas del PS que su actual dirigencia viene cometiendo desde hace más de una década, sumo hoy la indignación por la abierta traición a los principios humanistas y políticos más básicos que los socialistas hemos defendido a través de nuestra historia, que la sra Vodanovic ha expresado con tanta desvergüenza, con el silencio cómplice del resto de la dirigencia y de los parlamentarios del Partido Socialista.
+ Ex presidente del Partido Socialista, ex ministro de Estado.