Crónicas de estar y desaparecer
El proyecto Crónicas de estar y desaparecer presenta una serie de operaciones conceptuales y materiales alrededor de la idea de movilidad. En esta muestra concebida colectivamente por las artistas Maricruz Alarcón, Paz Ortúzar y Margarita Sánchez Urdaneta, se evidencian las implicancias que tiene existir, moverse, ocupar y cohabitar un lugar; buscando así comprender la galería como un espacio en el que convergen una serie de intercambios y colaboraciones.
En Crónicas de estar y desaparecer se entiende la movilidad como una operación que apunta a la naturaleza social del movimiento, partiendo de los planteamientos de Tim Cresswell. El movimiento, despojado de su significado social, es una abstracción -usualmente descrita como un acto de desplazamiento entre dos o más objetos, personas, o ideas. La movilidad, a diferencia del movimiento, depende de un contexto; es producida y adquiere significado dentro de relaciones de poder específicas. De esta manera, la muestra busca plantear una reflexión sobre la producción de movilidades y en menor medida articular, como menciona Henri Lefebvre, representaciones del espacio que emergen desde las múltiples formas de conceptualización de éste y los diferentes lugares que se habitan dentro de los espacios de representación.
Una partitura, concebida y compuesta previamente a la muestra por las tres artistas, establece los parámetros a partir de los cuales los colaboradores generan sus intervenciones para la exhibición. Las obras y las intervenciones presentadas en la exposición continuamente ocupan y desocupan el espacio como lo estipula la partitura, pero la forma como éstas coexisten, o cohabitan depende específicamente de la interpretación y la propuesta de cada uno de los trece artistas.
Las prácticas reunidas en este proyecto comparten estrategias relacionadas con la movilidad, el movimiento, la temporalidad y el espacio desde distintos medios como, por ejemplo, el video, la fotografía, la instalación, la performance, el dibujo, el sonido, entre otras. Los artistas fueron invitados a colaborar con la premisa de generar convergencias e interferencias entre sus metodologías de trabajo y sus intervenciones. Es por lo anterior que, antes que una curatoría de obras específicas, Crónicas de estar y de desaparecer reclama una instancia para la experimentación basada en el intercambio intelectual, artístico y afectivo entre sus participantes.