Hace un año atrás -en enero de 2015-, el artista Jorge Cabieses-Valdés tomó una cafetera, una tostadora, un hervidor, un secador de pelo, dos licuadoras, un extractor de jugo, una extensión eléctrica, una plancha de ropa, una sanguchera y una batidora. Se dirigió al balneario de Quintay, Región de Valparaíso, y con la ayuda de un buzo, envolvió los aparatos en una malla de pescar y los ancló a 30 metros de profundidad.

Como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, al artista le llama profundamente la atención el trabajar desde el imaginario doméstico, y éste, vincularlo con otros temas, asuntos, preguntas, desastres. Así, logra cuestionar y reflexionar acerca de los ejercicios de consumo que surgen naturalmente de las características impuestas -inyectadas- a ciertos objetos del mundo de las cosas.

Como él ha planteado en otras de sus exhibiciones, reflexiona en torno a las piezas, precisamente porque son la primera muestra, la primera señal, de la crisis que actualmente advierten los objetos de consumo en base a su representación y también a las expectativas en juego. Así, lo que hace en Doméstica, es evidenciar este pseudo postulado a través de un proceso experiemental que no da lugar al vacío pues representa literalmente una fragilidad incuestionable que, de manera indirecta y leída entre líneas, también habla sobre cierta perversión.

Tras casi un año –específicamente transcurridos 301 días desde que dejó los once artefactos seleccionados en el mar-, Cabieses-Valdés extrajo los objetos, los que emergieron carcomidos por el entorno salino, cubiertos de algas y pequeños moluscos que se adhirieron a sus carcasas plásticas, detalles que el artista consolidó en los electrodomésticos con resina transparente.

De esta forma -y tras un periodo de extrema paciencia ante un objetivo muy bien definido-, lo que intenta hacer la exhibición Doméstica, es mostrar y evidenciar el resultado del proceso, que el público conocerá a través de dos registros audiovisuales (que incluyen grabaciones realizadas con cámaras sumergibles) que dan cuenta de la inmersión y extracción de los objetos.

“Aquí el mar funciona como una máquina de tiempo, acelerando el devenir natural de las cosas inertes”, explica Cabieses-Valdés. “Estos objetos domésticos, erosionados a la fuerza, fueron pensados para ser exhibidos al interior de un centro comercial, donde electrodomésticos como estos son vendidos habitualmente. De esta manera el público visitante puede comparar en un mismo edificio lo nuevo con lo gastado, y el objeto encontrado con el objeto por comprar”, afirma el artista.

Sala de Arte del Museo Nacional de Bellas Artes del Mall Plaza Vespucio.
Vicuña Mackenna Oriente 7110. Primer nivel. La Florida.
Desde el 16 de enero hasta el 13 de marzo del 2016 
Horarios: lunes a domingo 10:30 a 21:00 hrs
Entrada liberada
Más información en www.mnba.cl