En diciembre este actor clave del cine de Hollywood cumple 100 años, hito que celebramos con una revisión de lo mejor de su filmografía.

Mi 12, 15.30 hrs.
Pacto de honor, de André De Toth
(The Indian Fighter. 1955, 88’)
Después de una vida de lucha y guerra contra los indios, Johnny Hawk (Kirk Douglas) se enfrenta a un problema sin solución: se ha enamorado de la hija de un jefe Sioux. No tiene la menor esperanza que la tribu perdone sus crímenes contra ellos; pero debe intentarlo, ya que no hay vuelta atrás. Dirigido por el versátil André de Toth, The Indian Fighter es, hasta hoy, uno de los filmes preferidos de Douglas. ¿Por qué? Por su simpleza, su efectividad y su sentido de la aventura sin fin.

Mi 12, 18.30 hrs.
Los valientes andan solos, de David Miller
(Lonely Are the Brave. 1962, 107’)
Jack Burns (Kirk Douglas) odia la sociedad moderna. No tiene carnet de identidad ni licencia de conducir y va de rancho en rancho buscando trabajo, como los vaqueros del viejo oeste. Enterado que un viejo amigo cayó en la cárcel, decide hacerse arrestar para organizar un escape desde dentro. Y lo consigue. Sin embargo, lo que funcionaba en la era del caballo y la diligencia, ya no corre en el mundo de los autos y las carreteras. Filmada al final de la era clásica de Hollywood, Lonely are the brave es uno de los westerns más fascinantes de los años 60 y la película favorita de Douglas. Extraordinaria.

Mi 12, 20.30 hrs.
El último tren, de John Sturges
(Last Train From Gun Hill. 1959, 95’)
Aunque de jóvenes viajaron juntos por la pradera, Morgan (Kirk Douglas) y Belden (Anthony Quinn) hoy están en trincheras opuestas. Uno se ha convertido en Marshall federal, el otro en el gran cacique de la peligrosa Gun Hill. Es inevitable que en algún momento volverán a verse las caras, pero ninguno calculó que sería en condiciones tan trágicas. Filmada apenas un año y medio después de Duelo de titanes, Last Train From Gun Hill fue la segunda colaboración entre Douglas, el productor Hal Wallis y el director John Sturges.

J 13, 15.30 hrs.
El gran carnaval, de Billy Wilder
(Ace in the Hole. 1951, 111’)
¿Cuánto arriesgarías por obtener una entrevista exclusiva? El periodista Chuck Tatum (Kirk Douglas) está dispuesto a transarlo todo: reporteando el derrumbe de una antigua cueva india, en las afueras de Albuquerque, manipula a medio mundo para demorar el rescate del hombre atrapado y así convertir el suceso en una noticia de cobertura nacional, de la que todos supuestamente sacarán provecho. Brutal crítica a los medios y el sensacionalismo, la cinta de Billy Wilder (Sunset Boulevard) fracasó al momento de su estreno, pero acabó por convertirse en obra de culto gracias a la demoníaca energía que mueve a Douglas. Clásico absoluto.

J 13, 18.30 hrs.
El último atardecer, de Robert Aldrich
(The Last Sunset. 1961, 112’)
Perseguido por asesinato, el forajido Brendan O’Malley (Kirk Douglas) cruza hacia México y llega al rancho de una antigua amante. Hasta allá lo seguirá el sheriff Stribling (Rock Hudson), quien se emplea en el mismo rancho para ayudar a un arreo de ganado. Para colmo, ambos se involucran con las hijas de la dueña  del terreno. Sólo al final del arreo arreglarán cuentas: el duelo está en cuenta regresiva y la tensión se hace insoportable en este western del  infalible Robert Aldrich.

J 13, 20.30 hrs.
El día de los tramposos, de J. L. Mankiewicz
(There Was a Crooked Man… 1970, 123’)
En su larga carrera, el sofisticado J.L. Mankiewicz nunca había dirigido un western: fue cuando estaba a punto de retirarse que se dio el gusto al contar la historia de Paris Pitman (Kirk Douglas), un ladrón que antes de caer preso en Arizona deja escondido medio millón de dólares en el desierto. Con tal de escaparse, le promete al alcaide del penal la mitad del botín, pero éste es reemplazado por el intachable Sheriff Lopeman (Henry Fonda). Nadie podría corromper a un tipo como él. ¿O sí? Escrita por David Newman y Robert Benton, el mismo dúo que había saltado poco antes a la fama con Bonnie & Clyde (1967), El día de los tramposos es el último verdadero clásico en la carrera hollywoodense de Kirk Douglas.

V 14, 15.30 hrs.
Primera victoria, de Otto Preminger
(In Harm’s Way. 1965, 165’)
¿Cómo es la vida privada de los que toman decisiones en el campo de batalla? La pregunta intrigaba lo bastante al director Otto Preminger como para ambientar un filme completo en torno a la vida de un grupo de oficiales sobrevivientes del ataque a Pearl Harbor: John Wayne es el testarudo capitán “Rock” Torrey; Kirk Douglas es su jefe, el comandante Paul Eddington y sus destinos nunca serán los mismos después de aquella noche del 6 de diciembre de 1941.

Duelo de titanes, de John Sturges
(Gunfight at the O.K. Corral. 1957, 122’)
El western era el género más popular en la industria del cine cuando en 1957 el productor Hal Wallis quiso recrear el legendario duelo entre Wyatt Earp y la pandilla Clanton, en el Corral O.K. Wallis no iba en busca de rigurosidad histórica sino de espectacularidad y lo logró con creces: Burt Lancaster interpreta al sheriff Earp y Kirk Douglas es el torturado y enfermo Doc Halliday, el único pistolero que puede ayudar a Wyatt a mantener la violencia a raya en el pueblo de Tombstone, en este notable filme del oeste dirigido por John Sturges (Los siete magníficos).

V 14, 20.30 hrs.
El compromiso, de Elia Kazan
(The Arrangement. 1969, 125’)
El legendario Elia Kazan nunca se imaginó que su novela El compromiso se convertiría en best seller en todo el mundo. Era lógico que él mismo fuera el director elegido para llevarla al cine. Pero el rodaje no fue tan fácil: el rol de Eddie Anderson -un exitoso publicista que cae en una espiral suicida tras sentir que ha transado por basura todo lo realmente valioso en su vida- era un papel ideal para Marlon Brando, pero éste se rehusó a actuar ante las cámaras, conmovido por el violento asesinato de Martin Luther King Jr. Fue sólo a última hora que Kirk Douglas aceptó reemplazarlo, salvando la situación.

S 15, 18.30 hrs.
Sed de vivir, de Vincente Minnelli
(Lust for Life. 1956, 122’)
Filmar la vida de Vincent Van Gogh obsesionaba tanto al director Vincente Minnelli que ésta acabó por traspasar esa manía a Kirk Douglas: el actor estudió pintura, visitó museos y se zambulló a tal grado en la intimidad del intenso y atormentado pintor que al final de cada día de trabajo permanecía en personaje volviendo loca a Anne, su mujer. El resultado quizás sea la mejor actuación de toda su carrera, pero tuvo altos costos personales: “Jamás volvería a hacer algo así”, dijo. Pero no era necesario, esa cumbre ya había sido escalada.

S 15, 20.30 hrs.
Siete días de mayo, de John Frankenheimer
(Seven Days in May. 1964, 118’)
En plena guerra fría y reaccionando a un sorpresivo tratado de desarme firmado por el presidente de Estados Unidos, los comandantes en jefe del ejército planean realizar un golpe de estado. Poco antes que éste se ponga en marcha, un coronel asistente (Kirk Douglas) se entera del complot e inicia una carrera contra el tiempo para evitarlo. Escrita por Rod Serling, a partir de una novela publicada durante la era Kennedy, Seven Days in May era uno de los proyectos favoritos de Douglas, quien convenció a su amigo Burt Lancaster y al director John Frankenheimer de que superaran sus diferencias personales para sacar adelante la película. Y vaya que valió la pena…

D 16, 18.30 hrs.
Senderos de gloria, de Stanley Kubrick
(Paths of Glory, 1957, 88’)
Francia, 1916. Tras rehusarse a seguir atacando una trinchera alemana en una misión suicida, una división de soldados franceses es castigada por sus superiores: tres soldados -uno por cada compañía- son seleccionados para ser juzgados por una corte marcial. El único dispuesto a defenderlos como abogado es el Coronel Dax (Kirk Douglas), pero hay ocasiones en que la voluntad de sólo un hombre no puede contra una maquinaria de muerte. Producida por el James B. Harris, esta cinta supuso la consagración de un joven director llamado Stanley Kubrick.

D 16, 20.30 hrs.
Hombre sin rumbo, de King Vidor
(Man Without a Star, Estados Unidos, 1955, 89’)
Acostumbrado a filmar proyectos ambiciosos, es casi una curiosidad que el gran King Vidor se entusiasmara con filmar algo, en apariencia, tan modesto como este western. La respuesta quizás esté en la trama: Kirk Douglas es un cowboy que trabaja para el ranchero más rudo de la región. El tipo conduce sus negocios con mano de hierro y nunca lo ha visto cara a cara. Por eso, grande es su sorpresa cuando descubre que el temido Reed Bowman es, en realidad, una mujer.