Vieja, sola y desconectada de la realidad, Lucía se pasea con su traje dos piezas rosado y zapatos taco reina por lo que hace mucho tiempo dejó de ser su oficina, aunque ella parece no darse cuenta. Carga un pez dorado y todas las exigencias que son resaca del poder ilimitado que tuvo por 17 años. Pero no hay nadie para complacerla. Solo un guardia que cede poco y la desconcierta mucho.

Ahora regresa esta comedia negra de la compañía La Trompeta que se estrenó con éxito el año pasado en GAM. “Uno de los aspectos que quise abordar en la obra es ‘lo doméstico’ como forma de control, la intimidad de la mujer detrás del dictador, cómo opera su poder detrás del monigote, esa hambre de figuración política y control total de un país, esa constante ilusión de que debió ser ella quien gobernase y no él, y cómo incluso los mismos centros de madres más que centros de manualidades, eran un bastión de adoctrinamiento de la mujer como un ente sin pensamiento propio, cuyo único rol en la vida era estar al servicio de ‘la familia’, cuenta la dramaturga Ximena Carrera.