La obra toma como punto centrífugo de su puesta en escena la caída del gobierno de Balmaceda y los hechos históricos de Chile de 1891. Para articular un desarrollo dramático que se distribuye en tres líneas de acción que se entrelazan desde la actualidad y el pasado: tres estudiantes universitarios preparan una entrevista póstuma a Balmaceda, dos ancianas que luchan contra el olvido de un familiar desaparecido, y unas ánimas que vagan sin hogar, unos por suicidas, otras por prostitutas. Esta heterogénea fauna de personajes desenredan acusaciones, defensas y preguntas en torno a las decisiones de Balmaceda, la situación replicada que a su vez envolvió  a Allende y algunas ficciones sobre posibles consecuencias de estos episodios sangrientos de nuestra historia