Rudolf Nuréyev —quizá el mejor bailarín clásico del siglo veinte— pasó a la historia gracias a esa escasa mezcla de genialidad y libertad de espíritu que, en su caso, no conoció límites, incluso tratándose de alguien nacido en la Unión Soviética. Nuréyev, el mismo que luego de una exitosa función en París (ciudad a la […]