En el espacio de 500 mts2, se encuentra una piscina de metal de 5 metros por lado, donde emerge una réplica a escala perfecta de Giardini, una de las zonas donde se realiza el encuentro, para luego volver a desparecer. “Es un intento poético de cuestionar el modelo de la Bienal de Venecia”, explica Alfredo Jaar.