El crimen del profesional, colaborador asociado del Washington Post, generó indignación internacional. Agencias de inteligencia occidentales no dudaron en asegurar que el heredero saudita, Mohamed bin Salman, habría autorizado el brutal homicidio.
Según Rusia, Turquía se ha mostrado como un país que no está dispuesto a aceptar la eliminación del grupo terrorista EIIL convertido en un punta de lanza de los intereses políticos y económicos del gobierno de Ankara en la zona.
Aunque toda la responsabilidad del atentado parece ir en la dirección del Estado Islámico, la inminencia de elecciones en un país donde el Gobierno está severamente cuestionado obliga a considerar otras variables.
Miles de personas rindieron homenaje a las víctimas este domingo y denunciaron la responsabilidad del gobierno. Al menos 95 personas perdieron la vida y mas de un centenar resultó herida, en la doble explosión ocurrida el sábado, cerca de la estación de ferrocarriles de Ankara.
Este sábado, mas de 80 personas perdieron la vida y un centenar resultó herida, en una doble explosión ocurrida cerca de la estación de ferrocarriles de Ankara. El atentado, calificado de terrorista por fuentes gubernamentales, tuvo lugar antes de una manifestación pacifista de oposición organizada por sindicatos y partidos de izquierda, entre los cuales se encuentra la principal formación prokurda, el HDP.
Ankara y Estambul, donde se han concentrado las protestas contra el primer ministro, amanecieron este 7 de junio en calma. El regreso la víspera de Erdogan desató la primera demostración de fuerza de los partidarios del AKP, el partido islamista cuyo proyecto de islamización de la sociedad es cuestionado en la calle.