Ya se encuentra el Roma el obispo Juan Barros, uno de los principales acusados de encubrir los abusos sexuales del ex párroco Fernando Karadima. Este episodio se apresta para ser un ejemplo de imitación en otros lugares de crisis de la Iglesia Católica.
Consecuencias de diversa índole deberían estar por venir en el panorama de la Iglesia Católica, luego de la carta papal conocida el pasado miércoles. Frente a ello, Antonio Bentué señala: “Hay formas de ser obispo que no tienen nada que ver con el Evangelio, que son formas de poder eclesiástico, y eso es lo que hay que cambiar”.
El teólogo le escribió una carta a su ex alumno y actual obispo de Osorno, Juan Barros, pidiéndole que renunciara a su titularidad episcopal antes de la venida del Papa Francisco. Según Bentué, esto haría más fácil borrar las sombras de una iglesia sumamente cuestionada por casos de abusos durante los últimos años. Para Bentué la doctrina del Papa Francisco podría ayudar a marcar un antes y un después en la orientación de la jerarquía eclesial chilena.