Las tropas de Bashar al Assad tomaron el control de la ciudad de Al Quseir, fronteriza con Líbano y bastión de los rebeldes, quienes denuncian la participación del Hezbolá libanés en los ataques. En una entrevista exclusiva a medios argentinos, al Assad había condenado la “injerencia extranjera”, y asegurado que no abandonará el poder.