Por 105 votos a favor, 33 en contra y 9 abstenciones se aprobó que la reforma constitucional y avanzó a su siguiente trámite en el Senado. Las sucesivas bajas participaciones en las últimas elecciones populares motivaron el retorno al sistema obligatorio que estuvo vigente hasta 2012.
La abstención sigue ganando terreno. Esta vez votaron un millón menos de personas que en la primera vuelta del 17 de noviembre, alcanzando la cifra de participación más baja desde el retorno a la democracia para unas elecciones presidenciales. Con esto se abrió el cuestionamiento sobre la legitimidad de la elección y se volvió a instalar el debate sobre el voto voluntario.