El retraso en el monitoreo al temblor del pasado 6 de marzo generó incertidumbre política, considerando el plan de desarrollo de Onemi y el departamento de Sismología. Parlamentarios de la Democracia Cristiana acusan al gobierno saliente de retrasar la instalación de más de 600 equipos de monitoreo sismográfico, claves ante fenómenos naturales. Desde la Universidad de Chile afirman que, en estos momentos, existe el riesgo de caer en una incomunicación total en caso de terremoto.