Concretada una segunda vuelta, el escenario se complica para Lenín Moreno, visto, esencialmente, por la arremetida de la derecha, dispuesta a unirse en contra del correísmo, por otro lado, las críticas que enfrenta la administración que lleva diez años al mando del palacio Carondelet. Así, y sin negar la necesaria autocrítica, es fundamental estar alerta, denunciar y cortar de raíz cualquier intento desestabilizador contra el Estado ecuatoriano como el que ahora está haciendo el sector oligárquico y reaccionario de la sociedad de este país sudamericano.