Alemania pasa una página de la historia con la salida de Angela Merkel, el miércoles 8 de diciembre, después de 16 años. Por tercera vez en la historia del país desde el final de la guerra, un socialdemócrata, Olaf Scholz, se convierte en canciller al frente de una coalición que asocia al SPD, los ecologistas y los liberales.
Más cautelosa que en 2015, Angela Merkel vuelve a enarbolar las razones humanitarias para resolver la actual crisis migratoria en la Unión Europea (UE). La canciller alemana despide su cargo emulando un papel que jugó en solitario hace seis años y le costó la arremetida de la ultraderecha.
Los socialdemócratas del SPD se impusieron el domingo 26 de septiembre con el 25,7% de los votos, justo por delante de la alianza conservadora CDU-CSU, con el 24,1%. Ambos partidos tienen la posibilidad de formar una coalición, pero necesitarán el apoyo de los Verdes y los Liberales.
Los sondeos anticipan que este domingo los alemanes asistirán a una lucha electoral cerrada entre los socialdemócratas de Olaf Scholz y los demócratas-cristianos de Armin Laschet, con una ligera ventaja para los primeros. El partido de los Verdes parece relegado a una tercera posición en las intenciones de voto, a la vez que Berlín acoge una masiva protesta de jóvenes por el clima.
En conversación con Radio Análisis, la directora del Programa de Estudios Europeos de la Universidad de Concepción anticipó un escenario de gran incertidumbre y, probablemente, de largas negociaciones, debido al sistema parlamentario de ese país.
La canciller alemana anunció que no se presentará a la reelección como presidenta de la CDU tras el revés electoral en los comicios regionales de Hesse, donde los dos principales partidos de la coalición gubernamental registraron importantes bajas en las preferencias.