Tomates y kiwis son el primer foco de este proyecto que mediante la ingeniería genética permitirá la producción de variedades más tolerantes a tierras salinas y que requerirán menos agua. La iniciativa desarrollará también bioestimulantes aplicables directamente a las plantas para hacerlas más tolerantes al estrés provocado por la sequía y la salinidad, y contempla además una campaña para fomentar la agricultura sustentable y concientizar sobre el cuidado del medioambiente a la comunidad.