Pese a que en 2005 las Sociedades Anónimas Deportivas surgieron como la solución a la crisis que vivía el fútbol chileno, a ocho años de su implementación surgen críticas a la forma en que dichos conglomerados administran sus equipos. Para ex dirigentes y agrupaciones de hinchas, existe hoy una lógica economicista por sobre la deportiva, que terminará por “destruir la actividad”.