El 22 de agosto de 2016 la activista medioambiental fue encontrada muerta en su casa de Tranguil, comuna de Panguipulli. Lo que en un inicio fue catalogado como un suicidio de inmediato fue descartado por su familia, quienes a través de un segundo peritaje forense pudieron comprobar que su cuerpo no presenta lesiones atribuibles a un suicidio, por lo que a dos años de su muerte se han realizado varias manifestaciones para exigir que se haga justicia y se aclare lo que han denominado un femicidio empresarial.