¿Qué pasó con esa Iglesia chilena que buscaba responder a las exigencias del Evangelio en la hora presente? ¿dónde están esos pastores carismáticos de antaño que se comprometían con sus fieles? Cómo puede ser que a la vuelta de cuatro décadas ya no quede nada de esa Iglesia progresista e innovadora que había constituido al episcopado chileno en un referente en Latinoamérica.