Una de las denuncias fue interpuesta por una de las comunidades vecinas a las faenas de extracción de cobre, quienes acusaron que no se hicieron los procedimientos necesarios para hacerse cargo de un eventual derramamiento de material tóxico.
La Fundación Desierto de Atacama, con apoyo de la Comunidad Indígena Aymara de Quillagua y el Consejo Autónomo Ayllus Sin Frontera, instaló este año un campamento de investigación y monitoreo del bien patrimonial.