Desde diversas organizaciones medioambientales criticaron que gracias a la aprobación otorgada por el comité de ministros al proyecto Río Cuervo, posibilitó que la empresa pudiera revender sus derechos con un incremento exponencial en sus valores monetarios, por lo que acusan que los ministros actuaron “como virtuales corredores de bolsa para permitir el avance de la venta”.