La infancia paga de manera brutal y trágica las guerras de los adultos: Desde 2005, al menos 120.000 niños en todo el mundo han resultado muertos o mutilados debido a conflictos, un promedio de casi 20 niños por día.
El Papa argentino llamó al mundo a poner fin a las guerras. A su vez, pidió a la iglesia acabar con la esclavitud moderna, esa que nace como consecuencia de la pobreza, la desigualdad, el subdesarrollo y la exclusión.
Aunque no aparecen directamente, como sucedió en las guerras mundiales, las grandes potencias mueven las fuerzas políticas y bélicas del planeta como si fueran piezas de ajedrez. En tal contexto, los muertos son solo datos de referencia.