Hara Kiri, dejó de circular por unos años, quizás porque había matado todos los bichos del asombro. Resucitó por un tiempo pero finalmente el Internet y otras formas de humor dejaron solamente al Charly Hebdo de sobreviviente. El golpe sufrido por su personal que llevó a mejor vida a mi ídolo Wolinski, creo que repercutirá a corto plazo a respetar los iconos religiosos. Son elementos muy peligrosos en épocas de fanatismos y mucha arma de mercado negro en el quehacer mundial.