Desde anoche se registran manifestaciones en torno a la fundición a la que se responsabiliza en parte de los graves episodios de intoxicación en las comunidades de Quintero y Puchuncaví. En redes sociales las reacciones son de apoyo a la decisión.
Enfermedades cardiovasculares, cáncer, piel ajada, un promedio de muerte de 53 años y ningún aporte de la empresa Enami para los trabajadores dañados. Más de 250 operadores muertos luego de trabajar por décadas sin ninguna medida de protección. La realidad de los ancianos de la zona de sacrificio de Puchuncaví.