Más de diez horas de actividades seguidas, así esperó Santiago al Papa Francisco, quien se desplazó por toda la capital cumpliendo con las actividades cronogramadas en su agenda. La misa multitudinaria y el encuentro con los líderes de la iglesia católica fueron de los puntos centrales de la jornada.
Las intervenciones del Papa durante su homilía no fueron controversiales ni buscaron la frontalidad. Aún así, el líder de la iglesia católica dejó satisfecha a la gran mayoría de los 400 mil asistentes que lo vieron en el Parque O’Higgins. La nota polémica la puso la presencia del obispo de Osorno, Juan Barros, pocos minutos después de que Bergoglio en su reunión en La Moneda pidiera perdón por los abusos a menores.