El futuro de Santiago y su entorno está en juego, y mientras mayor sea la articulación de las organizaciones y redes que hoy actúan separadas en diferentes conflictos socio-ambientales, tanto dentro como en el entorno de Santiago, será mayor la posibilidad de frenar la acción avasalladora del poder empresarial y neoliberal, y constituir un poder ciudadano que sea la base para una ciudad más democrática, justa y sustentable.