Los índices no acompañan a Honduras: sus altas tasas de violencia, pobreza, desempleo y narcotráfico lo convierten en un Estado frágil. El revuelo causado por las irregularidades denunciadas en el proceso eleccionario sólo agudizan una crisis en un país que sale del bipartidismo y crece su representación en centro izquierda. Se abren, en este nuevo escenario, preguntas sobre cómo serán las alianzas para salir de la crisis o seguir cayendo, como temen los expertos.